El papel de la prensa Reflexiones en transición
(Mercurio Editorial) es el título de la obra de
Rafael Álvarez Gil (Las Palmas de Gran Canaria, 1984), presentada días pasados en
esta ciudad por el director de Canarias7,
Francisco Suárez Álamo. Doctor en Derecho, su tesis versó sobre Derecho
Constitucional y fue publicada recientemente por la editorial Aranzadi. Licenciado en Derecho y en
Ciencias Políticas y de la Administración por la Universidad Autónoma de
Madrid. Diplomado por el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales del
Ministerio de la Presidencia. Es columnista del citado periódico y colaborador
en diversos programas de radio y televisión.
Parte el autor de la siguiente premisa: el
periodismo no está en crisis. Y se basa en que nunca antes hubo una demanda de
información tan nutrida para comprender lo que ocurre a nuestro alrededor. Tras
ese arranque, su pretensión es agitar un debate sobre el modelo de negocio y la
transformación que está experimentando la prensa desde los esquemas
convencionales al imparable proceso de digitalización.
“Es un texto -explica Álvarez Gil- que aspira al combate
de planteamientos, a ser provocativo y soliviantar todo lo que rodea a la
encrucijada actual. Por ello, no tengo reparos en cruzar las diversas temáticas
(que son varias) que conciernen en el presente al modelo de la prensa escrita.
Puede que en algunas salga mejor parado que en otras; ciertamente tampoco me
preocupa, pues mi voluntad es propiciar tanto el acuerdo, si lo consigo, como
la confrontación que es, a fin de cuentas, lo que enriquece el debate a todos
los que por unos motivos u otros nos intranquiliza el futuro inmediato del
periodismo”.
Es un texto, en efecto, parido -y vertebrado- con vocación
de confrontar ideas y planteamientos tratando de incursionar en todas las vías
que esclarezcan el futuro del periodismo impreso. Los tres capítulos en que se divide la obra desglosan
las reflexiones que el autor desgrana
con ánimo creativo, aún a sabiendas de la crudeza de algunas aristas. Si en el
primero, trata de desmenuzar las razones de la “teórica adversidad” que hoy en
día afecta a la prensa; en el segundo distingue las oportunidades y los riesgos
de los periódicos de nuestros días: “Es precisa -señala- una respuesta
integradora que opere bajo la premisa de la necesidad imperiosa de reformatear
los periódicos”.
Es fácil colegir que el tercer capítulo esté dedicado a la
siempre difícil relación política-periodismo. Su contenido adquiere mayor
importancia para interpretar la evolución más reciente de la política en
nuestro país, generadora de tantos rechazos y desafectos. Rafael Álvarez Gil
habla de “repolitización de la política” y de “repensar la prensa” para la
sobrevenida intensidad política.
Así, llega a la reveladora conclusión: “Si a lo largo de
la lectura le despiertan dudas, desavenencias y confidencias compartidas con
las que se sienta identificado, el esfuerzo habrá tenido sentido y cumplido con
su meta. En el acuerdo y en el desacuerdo, como sustento principal del devenir
recíproco y nada pacífico entre el periodismo y la política, se enmarca la
finalidad del libro. El resto solo está dirigido a que entre todos alertemos
del peligro que supone para la democracia la debilidad del periodismo y, cómo
no, la conveniencia de que la llamada prensa escrita siga escrutando a las
diferentes realidades de un poder cada vez más complejo y desatado de los procesos
democratizadores”.
En definitiva, El
papel de la prensa se convierte -principalmente para los profesionales- en
una obra de indispensable lectura y consulta para comprender el alcance de la
realidad periodística presente y futura.
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