jueves, 15 de octubre de 2015

UTILIZACIÓN DE INSTITUCIONES

Hubo un tiempo en que el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) gobernó muchas instituciones. Con frecuencia fue acusado de utilizarlas o instrumentalizarlas en provecho propio o partidista. Seguro que algunos cargos públicos cometieron desmanes o excesos. Hubo hasta algún caso clamoroso, como el de Juan Guerra, hermano de Alfonso, entonces vicepresidente del Gobierno. Resultó luego que ninguna de las acusaciones que le imputaron tuvo resolución judicial en su contra. Pero bueno, aquella fue una crítica inmisericorde con la que tuvieron que cargar. Preñada ¿recuerdan? de reproches de soberbia, arrogancia e intolerancia.
Cuando llegaron los regeneracionistas del Partido Popular (PP) y anunciaron el fin del favoritismo y de las influencias familiares en las sedes institucionales, se comprobó que había en sus filas quienes se desviaban, quienes incumplían y quienes infringían. Al desnudo también quedaron algunos casos de utilización de las instituciones para llevar a cabo políticas partidistas.
Ahora han dispuesto del Congreso de los Diputados para fines promocionales y autocomplacientes sin el menor reparo, como si hubiera broche que poner a la legislatura. 
A ver cuántos de quienes se rasgaron las vestiduras cuando el caso Guerra y otros, emplean ahora el mismo tono crítico y reprobable con el espectáculo del grifo de cerveza y viandas varias, mientras el portavoz del grupo parlamentario seguía lanzando vivas a Cartagena y el bueno del presidente del Congreso apenas acertaba a balbucear que la cámara está a disposición de los grupos políticos para este tipo de celebraciones.
Claro, confiarán en que todo el monte es orégano de impunidad, manejo, tolerancia e indolencia. O consecuencias de la mayoría absoluta. A ver cuántos...

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