Hacia una red de
aparcamientos. La declaración de intenciones ya está hecha y a partir de ahí
habrá que aguardar el cómo y cuándo de la cristalización. Dadas las
características de las actuaciones, no solo desde el punto de vista
constructivo, interesa hasta la letra pequeña. Atentos, pues, a los anuncios
hechos en sede empresarial capitalina por el alcalde del Puerto de la Cruz,
Lope Afonso; el presidente del Cabildo Insular de Tenerife, Carlos Alonso; y el
gerente del Consorcio para la Rehabilitación Turística del municipio, Fernando
Senante.
Cuenta el gobierno local con
una baza a su favor: el debate sobre la necesidad de dotar de aparcamientos a
la ciudad desapareció hace años, cuando tal necesidad fue instrumentalizada sin
rubor por sectores que, a cambio de réditos políticos cortoplacistas obtenidos
desde el malestar ciudadano, echaban piedras sobre el propio tejado y les daba
igual el efecto rechazo. Las soluciones, si se quiere provisionales, fueron
consolidándose, incluso en fechas de grandes concentraciones de gente. Ahora,
cuando las dotaciones se han reducido o andan estancadas, y cuando por muy
limitado que se tenga el sentido de la planificación del futuro, hay que
preparar la ciudad de los próximos años. El ejemplo más fácil: si alguna vez se
llega a actuar en los terrenos reservados al parque marítimo, desde hace años
utilizados como zona de aparcamiento, ¿cuál es la alternativa para los
conductores y usuarios?
No hay debate y eso hay que aprovecharlo. Se
habla de colaboración público-privada o, al menos, ese es uno de los mensajes
emitidos en el anuncio de los responsables. Dando por hecho que en este asunto
concreto no interviene el Cabildo Insular salvo en el hecho de apoyar la
iniciativa y aplicar la filosofía de la movilidad y accesibilidad en base a
“elementos esenciales”, corresponde al gobierno local y al Consorcio emprender
las actuaciones, la primera de las cuales, por cierto, será en la plaza de La
Constitución, en las cercanías de la Punta de la carretera, desde hace décadas
un nexo del tránsito rodado hacia el corazón turístico de Martiánez.
Como el Ayuntamiento no
parece estar en condiciones económico-financieras de producir inversiones a
medio y largo plazo, se trata de pulsar la propia capacidad del Consorcio para
gestionar. Será indispensable una información exhaustiva para hacer que la
población y los agentes sociales se identifiquen con la iniciativa. Bien que se
hable de un entendimiento entre los sectores público y privado; pero eso debe
traducirse en la práctica con una comunicación sobre el costo de la actuación,
sobre su financiación y sobre sus plazos de ejecución. Luego, habrá que saber la
modalidad de explotación, se supone que tras un concurso público para la
adjudicación. En el consistorio y en el Consorcio deben saber muy bien que
quienes ahora demandan o interesan aparcamientos serán los mismos que se
quejarán cuando se conozca el importe de las tarifas. Pero ese sí que es otro
debate, aunque se vislumbra lejano en el tiempo.
Una red de aparcamientos en
el Puerto. Bien. Se habla de planificación armonizada de su ejecución para
afrontar las consecuencias de obras de las que se viene hablando. Bien. Se
anuncia que las primeras, las de la plaza de La Constitución, con unas
previsiones de trescientas veinte plazas, van a ser licitadas a finales del
próximo mes de julio. Bien.
Pero, lo dicho: hay que
conocer cuantías, programas de ejecución y modalidades de gestión posterior.
Eso de la red también suena bien, pero ¿cómo se teje? Atentos…
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