viernes, 17 de junio de 2016

TAPIZ OLVIDADO

Apenas unos balbuceos: es muy incipiente aún la respuesta que el Puerto de la Cruz quiere dar al cuidado y a la rehabilitación de su patrimonio. Agentes sociales han tomado la iniciativa; las redes no solo se pueblan de denuncias sino también de testimonios reivindicativos y sugerencias; en tanto que el Ayuntamiento también ha dado un paso aprobando la creación de un consejo municipal que atenderá la defensa y promoción… Lo dicho, parece que despierta otra sensibilidad, por lo que es bueno perseverar en el asunto con tal de agitar conciencias y estimular la inquietud sobrevenida en estas materias después del letargo vivido.
         El patrimonio urbano, arquitectónico, histórico, social y cultural son sustantivos en el acervo y en la personalidad de una ciudad. Hoy en día, aún se lamenta la pérdida de edificaciones con una tipología muy singular que cedieron ante el empuje incontenible del desarrollismo que, ciertamente, alumbró otra era y consolidó un modelo productivo que sufre a lo largo de los últimos tiempos duras prueba de decadencia. Valga el ejercicio de nostalgia pero los tiempos de vino y rosas no volverán: ahora se trata de salvar lo que queda, los vestigios que caracterizaron una época y que se ven amenazados por la desidia y sus derivados. Es en ese pasado donde los portuenses, casi siempre muy despreocupados con sus propios recursos, pueden encontrar fuentes interesantes para recuperarlo y  ofertarlo a las futuras generaciones como ejemplo modélico de iniciativa y afán popular que impidió el desastre progresivamente registrado.
         Entre esos vestigios, hay una auténtica reliquia. Se han cumplido noventa y cinco años del descubrimiento, en el antiguo convento de las monjas catalinas, en la plaza de la Iglesia, del extraordinario tapiz que recrea la fundación de la ciudad, obra de la insigne portuense Lía Tavío. Su boceto se debe al historiador y cronista oficial de la ciudad, Francisco Pedro Montes de Oca. En febrero de 1925, un incendio destruyó el tapiz que adornaba las paredes. No hay copias ni fotos del mismo. Queda una referencia publicada en La Gaceta de Tenerife que describe la belleza de la obra. El bisnieto de Montes de Oca, Alejandro Carracedo Hernández, ha encontrado en el Fondo del mismo nombre, depositado en la Universidad de La Laguna, el dibujo que, conceptualmente, coincide con la aludida descripción de La Gaceta.

         El afloramiento de esa sensibilidad por lo patrimonial en el Puerto parece el momento adecuado para la recuperación de tal dibujo que está llamado, desde luego, dado su valor, a lucir en lugar destacado y visible de la sede consistorial. Es un excelente móvil para dejarse llevar, con una prueba, por los teóricos vientos favorables a un mejor conocimiento de la historia local. Hay que gestionar, sencillamente.

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