viernes, 18 de mayo de 2018

TVE, BLOQUEADA Y DE LUTO

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que se ha colado -y no de rondón, precisamente- en la inefable controversia catalana, protagonizó en sede parlamentaria (Senado) una intervención poco lúcida, poco merecedora incluso de los aplausos fáciles que suelen derivar de respuestas ocurrentes, impregnadas de gracietas o de contenido chistoso; aptas, en fin, para liquidar alguna situación incómoda.
Después de que TVE, siguiendo indicaciones de la dirección, no emitiera el video en que se escucha un comentario despectivo de la secretaria de Estado de Comunicación dirigido a los pensionistas que protestaban ante el presidente del Gobierno, cuando el ministro Montoro es interrogado al respecto, contestó que podía elegir otro canal. Claro que sí, pero eludir la cuestión refugiándose en esa libertad o en la de prensa, resulta bastante discutible y reprobable: a fin de cuentas, se despacha lo que parece ser un manifiesto acto de censura, tal es así que la editora de informativos en el centro territorial de Valencia terminó presentado su dimisión ganándose de paso el apoyo del Consejo de Informativos de la televisión pública.
Es natural que hayan afeado al ministro su respuesta, más allá del tono soberbio que le puedan adjudicar por la misma que revela, una vez más, el concepto de feudo en el que casi todo es manipulable a conveniencia, especialmente en el plano informativo. Un concepto que se da de bruces con los principios que deben regir en un medio público de información, de modo que resulta tan fácil manejar hasta terminar abusando de cualquier posición algo destacada en el ámbito gubernamental. Algo más que sesgo, en definitiva.
No acaban ahí los males: ya saben que los profesionales quieren que sea convocado un concurso público y se proceda a la elección de nuevo presidente de la corporación, pero la situación, políticamente, está bloqueada. Para que se visualice ese malestar que debe estar bordeando el desespero, los mismos profesionales vienen apareciendo con vestimenta negra cada viernes en concentraciones laborales y en apariciones ante la pantalla. El presidente del Consejo de Informativos de TVE ha sido muy explícito: “Ahora ya sí constatamos que el PP tiene un interés real de no hacer nada y paralizarlo todo”.
Por si fuera poco, la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo (PE), a la que se habían dirigido los representantes de los trabajadores en demanda de una investigación seria de la presunta manipulación y censura en los contenidos de los informativos y algunos programas, ha aprobado solicitar al Gobierno español que, en efecto, no solo se investigue sino que se examine la situación. Los eurodiputados del PP, según algunas informaciones, intentaron que el asunto no fuera tratado en la citada comisión, basándose en las comparecencias periódicas en los órganos parlamentarios del presidente de la corporación y en la opinión de que los noticiarios de TVE son los más vistos y gozan de credibilidad, independencia, rigor y prestigio. Pero el acuerdo de la Comisión de Peticiones avanzó en forma de pedir al ejecutivo más información sobre lo que está ocurriendo y para que se haga cumplir la Ley, lo que en la práctica significa revolver más las aguas y seguir tensando la crisis, especialmente en el ámbito interno, a la espera de que se encuentre una salida y la televisión pública deje de estar bloqueada y aparecer de luto, como ahora mismo sucede.
“¡Que todos los partidos lleguen a un acuerdo porque todos los ciudadanos se merecen una RTVE imparcial y plural!”, circula aún por las redes en una especie de grito desesperado para despejar el empantanamiento y los sambenitos que cuelgan, con mayor o menor justificación. El descontento, el malestar y las dudas siguen creciendo: es el problema.


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