viernes, 13 de julio de 2018

AGENCIAS CONSOLIDADAS


Quienes abogamos en su día por la supervivencia de las agencias de viajes, cuando parecía que los incontenibles avances tecnológicos y los nuevos modelos y hábitos para gestionar los desplazamientos turísticos barruntaban su desaparición, comprobamos ahora que el sector se consolida, especialmente en el ámbito del empleo, donde los registros más recientes ponen de relieve sus potencialidades, justo cuando se aprecian movimientos en el negocio turístico que señalan una competencia considerable entre España y los destinos que recobran posiciones o son emergentes.
            Las agencias, en los años dorados de la eclosión turística en las islas, fueron fuente de información y de empleo. El trato personalizado, la confianza y la profesionalidad fueron determinantes para que algunas firmas adquiriesen una merecida fama de solvencia. Muchos ejecutivos y trabajadores de las agencias se convirtieron en autónomos o emprendedores e hicieron de ellas su medio de vida. Se pensó, antes de la crisis, que muchos establecimientos no soportarían las penurias pero lo cierto es que han ido reabriendo o expandiendo, hasta asociándose, de modo que siguen siendo un sólido pilar del negocio, del movimiento turístico en general.
            Por ello, satisface comprobar que, entre los datos estadísticos del sector (que ahora conviene analizar con mucho detenimiento para contrastar las tendencias y establecer comparativas), los del empleo en las agencias de viajes siguen al alza, camino de récords. Según las cifras de afiliación a la Seguridad Social, en el pasado mes de junio hay registrados sesenta y cinco mil setecientos sesenta y ocho trabajadores, lo que significa cuatro mil veintiuno más que en el mismo mes del pasado año. El aumento, del 2,4 %, se produce tras crecimientos similares en los meses anteriores. La tónica de esta tendencia alcista de los últimos cuatro años se acentúa, lógicamente, a medida que avanza la temporada estival. Se contrasta en el desglose estadístico: en el epígrafe “Actividades de agencias de viajes y operadores turísticos de la Seguridad Social”, en junio se registró una media de afiliación de sesenta y cinco mil setecientos sesenta y ocho trabajadores, de los que un 75,6 % del total están adscritos al Régimen General y el restante 24,4 % trabajan como autónomos.
            Atención a estos,  pues su porcentaje en relación a los contratos bajo el Régimen General ha ido incrementándose año tras año. Actualmente, uno de de cada cuatro agentes es autónomo, lo que supone un 24 % del total. Véase la diferencia: en 2009, este mismo registro era del 17 %. En junio de aquel año, había diez mil cuatrocientos setenta y ocho autónomos frente a los dieciséis mil cincuenta y uno de del presente ejercicio.
            El verano será una buena piedra de toque, desde luego, para comprobar si la tendencia se mantiene, aunque ya poco se dude de la consolidación del sector agencias. A pesar de las incertidumbres apuntadas, hay quienes siguen manteniendo que 2018 será otro año de récords turísticos: a ver si se supera el peso del sector, un 11 %,  en el Producto Interior Bruto (PIB) nacional.

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