viernes, 20 de julio de 2018

UN FRENO, PERO...

La huelga de Ryanair, en la práctica unos cuatrocientos vuelos cancelados, unida a la de los controladores franceses, a la del personal de Iberia en Barcelona y del personal de servicios en todos los aeropuertos para el último domingo de los cinco de este mes de julio, vaticinan, además de trastornos y quebrantos a la carta, un impacto negativo para el turismo y la economía española.
Un viejo conocido del sector en Canarias, Ramón Estalella, ahora secretario general de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT), ya se ha apresurado a afirmar, en el marco de las previsiones del Observatorio de la Industria Hotelera, que el turismo en España no va a seguir creciendo. Es decir, los récords empiezan a ser referencia histórica y lo que se abre es un período de estabilidad: “Desde 2011, hemos vivido el período de recuperación más fuerte del sector, pero no podía durar eternamente”, explicó Estalella.
Para la patronal, hay que incluir las huelgas en el cuadro de las debilidades. Denuncian la utilización de los picos de mayor demanda vacacional por parte de las organizaciones sindicales para obtener una mayor repercusión en la imagen que se transmite al resto del mundo. Quieren una regulación definitiva de la huelga mediante una ley estable. Y recuerdan dos datos que ilustran los daños: el sector da empleo a 2,4 millones y aporta un 12 % al Producto Interior Bruto (PIB). Se supone que intentarán agotar las vías del diálogo con el ministerio de Fomento y con la Agencia Estatal de Navegación Aérea (Aena) para alcanzar un acuerdo siquiera de mínimos. Seguro que está difícil pero no es imposible.
En el mismo cuadro, habría que incluir la recuperación de los destinos competidores de la ribera mediterránea, como se refleja en el índice de crecimientos, un 40 % en el caso de Turquía y hasta un 37 % en el de Egipto. Esto parece preocupar menos a la CEHAT que interpreta que a todos nos interesa un Mediterráneo estable. De todos modos, habrá que estar atentos a la incidencia en los mercados, especialmente el británico. Y más atento aún, el nuevo director general de Turespaña, el tinerfeño Héctor Gómez pues la patronal ya ha planteado la necesidad de llevar a cabo una campaña específica durante los próximos meses de septiembre y octubre con mensajes claros de reconocimiento, aprecio y simpatía por su acreditada fidelidad durante media década. Los efectos del brexit siguen siendo una incógnita, luego hay que echar imaginación y recursos para seguir captando la afluencia británica, sin duda la primera para nuestro país.
Al Observatorio de la Industria Hotelera también le preocupa, por lo visto, el oligopolio de las plataformas de distribución. Si la venta directa de los hoteles ha descendido cuatro puntos (del 35 al 31 %), hay razones para discernir sobre las tendencias del futuro, ante todo porque es primordial que se respeten los derechos del consumidor, En cualquier caso, siguen creyendo los empresarios que la intermediación es lo más ventajoso y cómodo para los clientes.
Dentro de nada, conoceremos el impacto generado por el Campeonato Mundial de Fútbol y entonces se podrá evaluar tanto el análisis de las debilidades como si la viabilidad de las alternativas para paliar aquéllas es la más apropiada, especialmente las ideadas para captar segmentos de turistas de mayor poder adquisitivo. El sector confía también en la recuperación de la demanda nacional. En fin, habrá que contrastar la digestión de un freno al crecimiento y a los récords.

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