jueves, 5 de julio de 2018

MANUEL FUMERO, INOCENTE. ¿Y AHORA?


El ejemplo que se suele citar es casi siempre el mismo. José María Aznar denunció en su día al presidente de la Junta de Castilla y León, el socialista Demetrio Madrid, por un presunto delito societario. Madrid tuvo que dimitir. Los tribunales, años después, le dieron la razón. Ya se podía hacer nada, desde luego, salvo ponderar y exaltar la inocencia del político. Su partido le premió con una candidatura al Congreso de los Diputados, que ganó. Era una reparación. Bueno…
Ahora tenemos en las cercanías un caso similar. El que fuera alcalde de Vilaflor y secretario general de los socialistas de Tenerife, Manuel Fumero, fue condenado en primera instancia a siete años y seis meses de inhabilitación para ejercer cargos públicos y a una multa de tres meses con una cuota diario de doce euros. Al hombre le costó la alcaldía, la candidatura al Parlamento de Canarias de la que teóricamente iba a formar parte y hasta la secretaría general insular de su organización. Fumero se retiró con discreción; ahora la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife le ha absuelto de los hechos que se le imputaban, prevaricación y usurpación, por habilitar unos terrenos en suelo rústico como depósito municipal, aparentemente sin permiso de la sociedad propietaria.
¿Y ahora qué?, se está preguntando todo el mundo, aparte de la alegría que se habrán llevado el protagonista, los familiares, los compañeros y los amigos de Fumero. ¿Van a respaldar su inocencia mediante alguna fórmula reparatoria? ¿Y le quedarán ganas al ex alcalde, vencedor con mayoría absoluta en los últimos comicios en que intervino, de retornar a la política y arriesgarse a sus amarguras?
Quede ahí el dilema, superado solo con decisiones personales y orgánicas. Al menos, a Manuel Fumero los tribunales le han liberado y le han declarado inocente en los hechos que le atribuían. Quienes le conocemos y sabemos, primero de su bonhomía; y después, de su compromiso para ejercer sus responsabilidades públicas ajustándose a las normativas, siempre defensor de los intereses generales de su pueblo, identificado con el municipalismo más cercano, hemos de congratularnos por esta resolución judicial absolutoria.
Manuel Fumero, socialista practicante, una persona íntegra, siempre dialogante y dispuesta a transar soluciones políticas, ni prevaricó ni usurpó. Así de sencillo. Aunque la noticia no sea de portada ni de apertura de informativos. Ya se verá si le desagravian.

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