Un apunte graciosillo ante los desmanes del 'rey gringo'.
¿Suma puntos, en su condición de promotor de la guerra de aranceles, para la candidatura del Premio Nobel de la Paz?
Será la prueba del 9 de que el mundo gira al revés.
... fruto del propósito de contar cosas y comunicar, de seguir ejerciendo el oficio, de estar en contacto con la gente.
Un apunte graciosillo ante los desmanes del 'rey gringo'.
¿Suma puntos, en su condición de promotor de la guerra de aranceles, para la candidatura del Premio Nobel de la Paz?
Será la prueba del 9 de que el mundo gira al revés.
Se avecina ese breve paréntesis que ha sobrevivivido en la dialéctica tópica desde los tiempos de José María García: un alto en el camino, que repetía casi todas las noches en su relato informativo. Entre los días tontos (pero menos) de Semana Santa y los apremios (pero preocupantes, sobre todo por las repercusiones) del presidente americano, Donald Trump, así como de los grupos parlamentarios de oposición en España que ansían saborear una nueva derrota del Gobierno en las Cortes, a ver cómo encajan los planes del jefe del ejecutivo, Pedro Sánchez, con respecto a los Presupuestos Generales del Estado. Deberá estar atento al flanco que se abre desde el municipalismo el cual, encabezado por la presidenta de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), María José García Pelayo, se mueve en torno a un lema, “Hacer todo lo que haya que hacer”, para contar con las previsiones contables. Y es que ayuntamientos, diputaciones, cabildos y consells precisan de esas estimaciones para disponer de recursos y transferencias de capital que propicien aprobar cuentas y consignar cantidades o fichas financieras para materializar sus principales actuaciones. El tiempo, dentro de nada, desde que se cruce el ecuador, ya empezará a jugar en contra para todos.
García Pelayo se ha atrevido con una cuantificación. “Los ayuntamientos están perdiendo por esta situación 1.159 millones de euros”, ha dicho. Agregó que “cuando los ayuntamientos pedimos más financiación, lo estamos pidiendo para hacer mejores políticas. Se queja la presidenta de la FEMP, por cierto, de que ha remitido diez cartas al ministerio de Hacienda que no han obtenido respuesta. Y aprovecha el contexto reivindicativo para manifestar su contrariedad con la nota técnica remitida por el Ministerio de Hacienda a los alcaldes, en la que “nos prohíbe usar el dinero del superávit logrado el ejercicio anterior para las inversiones que se consideran financieramente sostenibles”, y nos obliga a destinarlo tan solo a amortización de deuda. En consecuencia, ha pedido al Ejecutivo que se elabore o adopte una legislación de urgencia para prever que la falta de presupuestos no obstaculice ni entorpezca aún más la situación financiera de los ayuntamientos y poder recibir la financiación.
La federación municipalista revela también su preocupación con la célebre subvención al transporte público. La principal dirigente de la FEMP ha asegurado que el ámbito local solicitará al Gobierno de España que no se reduzca la consignación actualmente vigente. “En estos momentos -detalla García Pelayo- el Estado financia el 30 % del coste del transporte público bonificado, y los ayuntamientos el 20 %. Sin embargo, el Ejecutivo ha anunciado su intención de reducir su aportación al 20 %, lo que dejaría un 10 % sin cobertura, salvo que lo asuman las entidades locales”.
La presidenta ha abogado por un transporte público de calidad, gratuito para los menores de catorce años y bonificado para los jóvenes y determinados sectores de la población que son vulnerables. Por lo tanto, ha concluido: “Que no nos tomen el pelo, que no nos engañen, porque no nos engañan a nosotros, engañan en definitiva a los ciudadanos”.
El tiempo no se detiene. Es el problema que deben afrontar todos, munícipes, consejeros y demás ralea de cargos públicos. Suspiran por una financiación que proporcione consistencia a numerosos proyectos. Las circunstancias, brevemente descritas en el primer párrafo, no son muy favorables. Hará falta algo más que buena voluntad para concertarla.
Canarias fue el primer destino de los turistas en febrero, con el 26 % del total, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) que ya recoge Movimientos Turísticos en Frontera (FRONTUR). Le siguieron Cataluña (21 %) y Andalucía (14,4 %).
A nuestra Comunidad llegaron un 2,6 % más de turistas que en febrero de 2024. El número de turistas que visitaron Cataluña aumentó un 7,8 % y a Andalucía vinieron un 6,9 % más.
Hay que tener presente que España recibió en febrero 5,4 millones de turistas internacionales, un 7,7 % más que en el mismo mes de 2024.
En los dos primeros meses de 2025 el número de turistas que visitaron España aumentó un 6,9 % y rozó los 10,5 millones.
Los principales países emisores en los dos primeros meses fueron Reino Unido (con cerca de 1,9 millones y un aumento del 5,3 %), Francia (con casi 1,4 millones y un incremento del 14,1 %) y Alemania (con cerca de 1,2 millones, un 1,0 % más).
El número de turistas que utilizaron alojamiento de mercado como modo principal aumentó un 4,9 % en tasa anual. Dentro de este tipo, el alojamiento hotelero creció un 4,2 % y la vivienda en alquiler un 2,7 %.El alojamiento de no mercado aumentó un 19,0 %.
La duración de la estancia mayoritaria entre los turistas fue de cuatro a siete noches, con casi 2,6 millones y un aumento anual del 5,6 %. El número de visitantes se incrementó un 15,8 % entre los que no pernoctan (excursionistas) y un 2,6 % entre los turistas con mayor duración (más de 15 noches).
Más de 4,2 millones de turistas viajaron sin paquete turístico en febrero, un 9,0 % más. Con paquete turístico llegaron casi 1,2 millones, un 3,0 % más.
El año, pues, ha comenzado bien. Los registros son positivos y ya empiezan las primeras estimaciones con vistas al verano. Ahora hay que despejar los negros nubarrones sobre una posible huelga. Veremos.
Resulta inaudito que María Jesús Montero, vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, política de largo y solvente recorrido, se haya dejado arrastrar por el histrionismo y haya puesto en solfa la presunción de inocencia, ni más ni menos, una piedra angular de nuestro Estado de derecho.
La dirigente socialista dijo que es "una vergüenza" la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) que absuelve al ex futbolista, Dani Alves, de un delito de agresión sexual tras otra sentencia previa que le condenaba. Sus declaraciones han llevado a todas las asociaciones de jueces y fiscales a publicar un comunicado conjunto en el que piden respeto a la presunción de inocencia y a que PP y Vox soliciten su dimisión.
Vamos a ver: la manifestación de Montero es el pensamiento de muchísima gente, asombrada por la resolución judicial del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC). Pero no debió pronunciarla, al menos en esos términos. A una vicepresidenta del ejecutivo no solo cabe exigirle mucha más moderación sino andarse con máxima cautela a la hora de entrar en el siempre delicado terreno de las decisiones judiciales y su interpretación. Vale que se haya solidarizado y mostrado firmeza (y compromiso) feminista con la víctima (con las víctimas) pero no fue su día afortunado a la hora de expresarse, sobre todo cuando numerosos dirigentes de su formación política pueden presumir de haber guardado respeto y haber aceptado las determinaciones de numerosos tribunales de distintas jurisdicciones.
La presunción de inocencia es primordial. ¿No es el principio al que comúnmente se apela cuando hay una investigación en marcha y un procedimiento al que interesadamente se van aportando indicios y elementos supuestamente probatorios, hasta que lo decida Su Señoría o un tribunal? ¿No es un asidero fundamental para muchos encausados, sean políticos o no, que quieren agotar la sostenibilidad de su inocencia?
Estos son elementos del propio discurso socialista, desde luego. Y la ministra Montero, víctima de su entusiasmo histriónico, debió tenerlo en cuenta. Porque luego queda opción para rebatir algunos sonados y no menos ‘ostententóreos’ esperpentos del Partido Popular en materia judicial como aquella afirmación (no rectificada) de que el Tribunal Constitucional “es el cáncer del Estado de derecho”, o la vanagloria de controlar la sala segunda del Tribunal Supremo por la puerta de atrás, o la percepción de que la Gürtel era una trama contra el PP.
Está claro que este tipo de sentencias no favorecen la seguridad de las mujeres. Se respetan y se acatan. Y hasta se puede discrepar o emitir opiniones contrarias. Pero ante una realidad tan sensible como es la violencia contra las mujeres, hay que actuar con más responsabilidad y hay que emitir mensajes o valoraciones más ponderadas. La protección y la defensa de las víctimas, desde luego, no ganan enteros con exabruptos.
María Jesús Montero lo habrá entendido.
La semana pasada, en el curso de la Junta General de la Asociación de Periodistas de Tenerife (APT), presentamos un breve informe sobre el desempeño, problemas y retos que tiene ante sí, a corto, medio y largo plazo, la profesión periodística. Decíamos lo siguiente:
El informe que rendimos ante la Junta General de la APT quiere ser, en buena medida, autocrítico, con algunos aspectos y con algunas respuestas que, como organización cívica y profesional, estamos ofreciendo.
Creemos que hay muchas iniciativas y estamos afrontándolas con buena voluntad y entusiasmo. Pero es insuficiente. No logramos motivar y por tanto incentivar la participación. Sí, se podrá argumentar que este es un mal genérico, que ello ocurre en la práctica totalidad si no en la mayoría de entidades que aglutinen intereses de una colectividad. Pero no debemos conformarnos: aunque muchos ya no tengamos edad y otros sigan concentrados en sus tareas ocupacionales para emprender revoluciones o, menos aún, saltos que, riesgos y arrestos, sirvan para impulsar tareas y nuevo rumbos. A pesar de esos condicionamientos, hemos de perseverar -nunca mejor empleado el verbo- para cumplir los objetivos que nos hemos propuesto y los que nos han traído hasta aquí para hacer que la profesión luzca su dignidad y pulse su mejora en todos los sentidos.
La profesión será lo que los periodistas quieren que sea. Más abierta y más cualificada, claro. Pero ello no será posible si no participan, si no se activan quienes tienen que hacerlo. Acepténlo como un reproche si quieren, pero quienes accedimos al periodismo, principalmente, desde el ángulo vocacional, hemos de ser consecuentes con lo que en algún momento de nuestras vidas -las que se forjaron en redacciones, gabinetes, ante micrófonos, cámaras y opciones de transmisión- hemos dicho querer o abrazar.
Por eso, en tono autocrítico y sin rasgarse las vestiduras, apelamos a una mayor implicación de los asociados, siquiera con la asistencia a las actividades que se programen. Estamos abiertos a las iniciativas que sean capaces de amasar y que entrañen interés. Hay que romper con esquemas conformistas y caducos, como ese de no escribir para Hoja del Lunes porque ya la gente no lee. Será verdad pero no hay que rendirse; al contrario, hay que esforzarse, insistiendo en el mensaje de que hay que leer para estar debidamente informado.
Y es que difícilmente ganaremos credibilidad si no damos ejemplo, si no contribuimos directamente a la coherencia, al cumplimiento de los cánones elementales, de las reglas que se nos exige, de los postulados del papel del periodistas.
Pero, es más, los retos que se abren ante nosotros (que no son pocos), las exigencias que nos demanda la sociedad, difícilmente serán alcanzables o factibles, si no hay estudio, debate, celo, unión y autocrítica. Me pregunto si nos sentimos capacitados para aportar una alternativa si no nos acercamos al meollo de las cuestiones, si seguimos sin distinguir entre información y opinión, si no acabamos con el intrusismo y el desvirtuamiento o la desnaturalización del papel estrictamente periodístico.
La periodista y escritora Maruja Torres confesaba hace poco que, hoy en día, la gente se fija en la mentira, no en los errores comunes. "Hemos pasado de la edad de detectar erratas a la de detectar bulos", ha declarado con ingenio la periodista, que apunta a que si uno se fija "los periódicos ya no piden perdón por nada porque necesitarían un suplemento". Unas palabras con las que la escritora apunta directamente a ciertos medios de comunicación que publican información sin contrastar y errónea. "Necesitarían incluso leer", comentó con humor Torres en esa confesión.
De modo que, a pesar de la desidia, del escaso apego al asociacionismo y del desinterés contagioso, sigamos luchando por un periodismo mejor, más comprometido y más activo, desarrollado en mejores condiciones sociales, profesionales, corporativas y laborales. Sigamos con atención, por ejemplo, lo que sucederá en Cádiz, sede de la próxima 58 Asamblea General de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), que se celebrará el próximo mes en Cádiz, y donde estaremos representados con asistencia de la compañera Teresa Alfonso.
Compañeras y compañeros: seamos consecuentes, luchemos con denuedo, con espíritu cívico y democrático y con madurez profesional para superar las adversidades, las incomprensiones y los radicalismos de comportamientos inapropiados, algunos de ellos tan cercanos, y que son la antítesis del periodismo. Nuestra profesión quiere enriquecerse, tiene que hacerlo con la creatividad y el tesón de quienes la ejercen.