El presidente de Meliá, Gabriel Escarrer, desvelaba en la edición digital preferente.com hace unos días las cifras lacerantes sobre el nivel de absentismo en la hostelería canaria. Escarrer resaltaba que el absentismo en ese contexto se situaba en un 17,8 por ciento de media, con casi un millón de horas perdidas. Sin embargo, un hotel en Canarias de la cadena dirigida por Meliá alcanzó un máximo del 24,78 por ciento de absentismo, es decir, uno de cada cuatro trabajadores no acudió a su puesto de trabajo alegando problemas de salud. Escarrer llegó a afirmar que “tenemos cifras de absentismo inasumibles”.
El director de la publicación, Juan Mestre, se ocupa del problema. El absentismo laboral en los hoteles de Canarias está alcanzando cifras hirientes para el turismo isleño ante la impotencia de los empresarios, la incapacidad de la administración y la comprensión de los sindicatos ante los miles de trabajadores que cada día dejan de acudir a su puesto de trabajo.
Escribe que la situación también es preocupante en Baleares, pero no alcanza los niveles escandalosos de Canarias. En la comunidad balear el absentismo se sitúa en un 6,19 por ciento de media, con más de trescientas setenta mil horas perdidas al año, unas cifras que también preocupan (y mucho) a los empresarios turísticos
Históricamente el absentismo ha sido profundo en Canarias, pero tras la pandemia la situación se ha agravado y se ha convertido en el principal motivo de preocupación de los empresarios turísticos.
Los empresarios han diagnosticado la raíz del problema, pero no depende de ellos cambiar esta dinámica que se ha agravado especialmente tras la pandemia. Carlos Abella, secretario general de la Mesa del Turismo, atribuye este altísimo absentismo a la falta de inspecciones y a la saturación del sistema sanitario español, tal como declaró al citado digital.
El propio Escarrer -cita Mestre- no entiende que el sistema de bajas laborales se realice de manera telefónica, sin que los médicos puedan ver a los supuestos pacientes. Es decir, resulta suficiente que un trabajador le diga al médico que se encuentra enfermo para que le concedan la baja laboral, sin ningún tipo de exploración médica.
Para más inri, la saturación del sistema sanitario eterniza los plazos de las bajas laborales ya que los trabajadores no consiguen fácilmente una cita con los especialistas para ser explorados y, por lo tanto, que los médicos puedan decretar un tratamiento adecuado o, en última instancia, decretar el alta de los empleados.
Otro problema añadido es la falta de inspectores médicos, es decir, que no se vigila si un empleado de baja realmente está enfermo o, por el contrario, aprovecha que no acude a su puesto de trabajo para hacer pluriempleo de manera irregular, una situación que ha sido denunciada en algunas ocasiones por los empresarios turísticos.
Para el autor de la información, “los buenos datos turísticos de Canarias difuminan un problema cada vez más grave para los hoteleros con negocios en las islas, pero lo más llamativo es que no se haya tomado una sola medida por parte de la administración para rectificar una situación crítica que provoca perjuicios económicos a los empresarios y un daño irreparable a la imagen del sector económico más importante de las islas”.
1 comentario:
Problema de muy difícil solución por las muchas variables en juego.
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