Al Gobierno de Rajoy le traen
al fresco los datos. La euforia desatada en el discurso del presidente para
abrir el curso político ha entrado en barrena con datos, análisis y anuncios
que han apagado en tres o cuatro días las campanas del triunfalismo lanzadas al
vuelo. Del ‘seguimos siendo los mejores’, por ejemplo, a la cruda realidad de
los contenidos del Informe sobre Perspectivas de Empleo hecho público por la
poco sospechosa Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico
(OCDE), no hay más que un paso. Estrecheces económicas entre trabajadores y
familias y consumo interno debilitado son dos de las conclusiones
sobresalientes de ese Informe. Menos mal que al ejecutivo le queda el fiel
aliado del presidente de la CEOE, Joan Rosell, quien ha negado la existencia de
una rebaja salarial en nuestro país, o sea, con la mejor doctrina
gubernamental: si te dicen blanco, tú respondes negro, si algo está bajando, tú
afirmas lo contrario o que sube moderadamente o que está estancado, vaya.
Esta vez no hubo anticipo autocomplaciente. Lo que demuestra
que manejan a conveniencia los datos de un problema tan serio y delicado que
escuece en millones de familias y ciudadanos de este país. Pero da igual: ya
habrá un eufemismo o una desestacionalización recurrente o millones de
turistas. Quebró la tendencia. Pero la reforma laboral va, de todas maneras va.
Aunque los registros indiquen que son una enmienda a la totalidad.
Aunque agosto registrara ocho mil parados más y, lo que es
más inquietante, cien mil afiliados a la Seguridad Social menos. La mayor parte
de los contratos que se han formalizado son temporales, luego prevalece la
precariedad. Para ser concretos: el 93,5% son temporales; en tanto que uno de
cada tres contratos son a tiempo parcial. O sea, los sectores económicos del
sistema productivo español siguen sin generar empleo.
Y comparando los agosto, por cierto. Si el año pasado el paro
descendió en 31 personas y el partido gubernamental insistió en que allí se
iniciaba un cambio de ciclo, y ahora, en el mismo mes de 2014, el desempleo se
ha incrementado en unas ocho mil personas, cómo puede haber manifestaciones que
califiquen de favorables y positivos tales cifras. ¿Se habrán preguntado si el
ciclo se ha invertido?
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