lunes, 18 de enero de 2021

ATRAER A LA GENERACIÓN Z

 

Los informes del Instituto Reuters aportan siempre contenidos interesantes que, basados en investigaciones científicas y estadísticas, sirven para medir novedades y tendencias del panorama mediático. Seguro que muchos recordarán el que abordamos a finales del pasado año a propósito de la confianza en las noticias.

En el mismo se ha apoyado ahora la Cable News Network (CNN) para diseccionar el impacto de la COVID-19 en el desapego que manifiestan los componentes de la Generación Z con respecto a los medios de comunicación.

La CNN, debemos tenerlo en cuenta, es un canal de televisión por suscripción estadounidense de noticias fundado en 1980 por el empresario Ted Turner. Hoy en día, forma parte del grupo Warner Media. Fue la primera cadena de televisión en cubrir información las veinticuatro horas del día. Actualmente, es el segundo canal de noticias más visto en USA, detrás de Fox News. En 1997 fue galardonada con el premio Príncipe de Asturias de Comujnicación y Humanidades, conjuntamente con Vaclav Havel.

En cuanto a la Generación Z, nos dice Wikipedia, también es conocida con otros nombres como generación posmilénica o centúrica (del inglés centennial). Se trata de la cohorte demográfica que sigue a la generación milénica. Los demógrafos e investigadores suelen señalar desde la mitad de la década de 1990 a mediados de la década de 2000 como el comienzo de los años de nacimiento de la generación, mientras que hay poco consenso con respecto a su terminación. La mayoría de personas pertenecientes a la Generación Z ha utilizado internet desde muy joven y se siente cómoda con la tecnología y los medios sociales. Se estima que las personas de la Generación Z corresponden al 23,7 % de la población mundial.

¿Cómo ha incidido o incide la pandemia entre los integrantes de dicha Generación? Partiendo de una misma premisa, esto es, la necesidad de estar informados conlleva estar más expuestos a los medios de comunicación tradicionales y ello ha generado un nuevo hábito.

Para mantenerlo o incrementarlo, el estudio de la CNN desglosa siete claves que explican el alcance de lo que está sucediendo en nuestros días. Las reproducimos tal como vienen resumidas:

-Las noticias no son relevantes en su día a día. Los jóvenes de la Generación Z sienten que las noticias no son relevantes en su día a día y que se repiten hasta la saciedad los mismos temas una y otra vez. La solución pasa por cubrir una gama más amplia de temas en los que la Generación Z muestra interés (arte y cultura, activismo, LGBTQ, medio ambiente, migraciones...), y poner foco en historias humanas, personales y reales, en las que a menudo sean los jóvenes los protagonistas.

-Exceso de negatividad en las informaciones. La Generación Z, según la investigación, considera que las noticias buscan con demasiada frecuencia la negatividad y no aportan ni soluciones ni acciones positivas. Asimismo, perciben demasiadas opiniones extremas, a las que se le da la misma voz que a las moderadas. La solución, apunta el informe de la CNN, pasa por producir historias que puedan inspirar a esta audiencia sobre la posibilidad de cambio y proporcionar un camino hacia la acción positiva. Recomienda, asimismo, evitar las coberturas basadas en estereotipos y tener mucho cuidado a la hora de dar protagonismo a los extremismos.

-Noticias demasiado partidistas e interpretativas. La Generación Z no se siente cómoda con la tendencia a la interpretación de los hechos, que cada día va en aumento, incluso con titulares calificativos y opinativos. En este caso, la propuesta pasa por volver a separar información de opinión, evitar la obstinación en las informaciones, exponer a la audiencia a una variedad de opiniones, y salirse de la división izquierda / derecha, que para la Generación Z, por cierto, es una división simplista.

-Tono demasiado institucional. Otra de las percepciones negativas de la Generación Z con respecto a los medios de comunicación tiene que ver con el tono empleado. Consideran que se usa un tono demasiado serio, institucional y técnico, especialmente para quienes no estén familiarizados con el tema que se está abordando. Creen que el tono es demasiado estridente y se concentra en llamar la atención superficialmente. Según el estudio, la posible solución pasa por dar voz a opiniones honestas, de gente real, y cuando el contexto lo permita, apostar por cierta informalidad.

-Noticias poco adaptadas a las redes sociales a las que se envían. La Generación Z hace un uso muy importante de las redes sociales, en donde los medios publican algunas de sus informaciones para llegar a estos lectores. Sin embargo, la Generación Z estima que estas noticias no están bien contextualizadas en las redes sociales, ni con el contenido, ni con el formato ni con el estilo de una plataforma determinada, y que parece que sólo tienen como objetivo redirigir al usuario al sitio web del medio. La solución, en este caso, pasaría por crear experiencias nativas para plataformas móviles y sociales

-Falta de atribución de fuentes. Los jóvenes de esta generación opinan que hay mucha desinformación en las redes sociales y que las noticias aparecen muchas veces sin fuente, y que para desmarcarse de esa tendencia los medios deberían ser lo más transparentes posible sobre las fuentes. Consideran que todas las noticias deberían siempre indicar cuáles son sus fuentes.

-Forma y fondo poco amigables. La Generación Z está acostumbrada a experiencias de usuario como la que brinda Netflix, con interfaces (comunicación o conexión entre actores mediante un protocolo determinado para realizar una función determinada) muy pulidos y una experiencia de usuario muy mejorada. El informe sostiene que los medios deberían lograr que la experiencia de informarse en un medio digital debería ser tan fácil y accesible como en Netflix.

En fin, que estos son los factores que habría que tener en cuenta para mejorar los productos informativos y tratar de captar la atención de ese segmento de lectores. En algunos de ellos, como la falta de atribución de fuentes o el exceso de negatividad en las informaciones, hemos venido insistiendo desde el pasado año. Y por supuesto, diferenciar la información de la opinión. Básico.


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