¿De qué se trata? De una moda, seguro. De una racha pasajera. A los famosos, ellos y ellas, les ha dado por posar desnudos o ligeros de ropa en el inmenso blanco de la nieve copiosa. En Madrid aún recogen y retiran y las celebridades asomadas a patios, azoteas y jardines caseros, disfrutando –o eso dicen sentir- como cuando los niños descubren el níveo elemento.
Una forma de llamar la atención. Como aquella otra de antes de la pandemia cuando les dio por lanzarse baldes y cubos de agua. ¿Qué buscan, aparte de asumir los riesgos del constipado? Pues un flash de notoriedad: colgar en redes y ya está. Aunque igual no hay que descartar alguna comisión. Es probable que más de uno la necesite para llegar a fin de mes, permítase la licencia. Hoy en día es tan fácil la autopropaganda…
Lo cierto es que la tempestad Filomena ha empujado a celebridades de todo tono, mujeres y hombres, a inmortalizar un momento de desenfado, de absurdo, de pretendida gracieta o de digresión, que de todo hay allí donde aquélla azotó con fuerza. Dentro de nada, las imágenes pasarán a engrosar los archivos y a recordar mes y año de lo ocurrido. Entonces serán un recurso, no más.
La moda efímera, que dicen.
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