jueves, 23 de abril de 2009

LEER, QUE ALGO QUEDA

Primavera es también la estación de los libros.
Y ahora, cuando tanto se especula y tanto se profetiza sobre su futuro -a veces en un tono catastrofista reprobable- es positivo glosar su valor y su significado en una fecha como la de hoy.
Porque hoy es su día. Aunque días del libro deben ser todos los del año. Todos los días, siquiera tres o cuatro páginas del mismo libro, de cualquier libro.
Fomento de la lectura, hábito de lectura. En eso hay que empeñarse, desde cualquier esfera individual y pública. Inculcar esos valores hasta hacer penetrante en el intelecto el beneficio de leer, para enriquecerlo. Para imaginar e interpretar, que son cualidades añadidas.
Leer, que algo queda. Aunque parezca simplón.
Como un regalo, como un instrumento de trabajo, como una necesidad. Acompañado de una rosa. O de cualquier otro detalle.
Este autor, este impacto, esta consagración, este premiado, esta consagración, este descubrimiento... Y hasta releer, que también es positivo.
23 de abril: el libro que se resiste a fenecer.
Leer, que algo queda.

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