Lo que son esas coincidencias. Venimos escribiendo desde hace algún tiempo de innovar y cualificar el producto turístico. Hemos estado atento a declaraciones, a planteamientos y a conclusiones de jornadas donde se trate el asunto aún desde perspectivas genéricas pero desde las que puede contemplarse el Puerto de la Cruz que precisa de un salto para superar su anquilosamiento y mejorar su competitividad en el concierto de los municipios turísticos.
Recordemos, por ejemplo, las palabras del catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de La Laguna, José Angel Rodríguez, cuando exponía, en el curso de un congreso urbanístico, la necesidad de revisar criterios en un modelo alternativo de explotación turística que aún está por definir pero que es obligado teniendo en cuenta las circunstancias socieconómicas, la evolución del sector y las tendencias del mercado. Dijo Rodríguez que hay que “despertar el interés del turista por las singularidades del territorio”, un hecho que, sin ser esencialmente novedoso, pone de relieve la importancia del adecuado uso y cuidado de los recursos naturales.
Luego hemos estado atentos a los primeros pasos del Consorcio para la Rehabilitación Turística y a la sugerencia de emplear el hotel como un laboratorio de ideas, conclusión de una importante consultora de investigación en el sector, obtenida después de vislumbrar y analizar las características de la próxima década: la incertidumbre económico-financiera, un movimiento potencialmente masivo de la riqueza de oeste a este, los nuevos avances transformadores a nivel científico y tecnológico y una rápida evolución de las necesidades y expectativas de los consumidores. Estos factores determinan el rumbo de los establecimientos hoteleros.
Pues bien, con estos considerandos surge la oportunidad derivada de un acuerdo del consejo de ministros que encomienda a los ministerios de Ciencia e Innovación y de Industria, Turismo y Comercio, la promoción del turismo en las reuniones, conferencias y congresos científicos internacionales que se realicen en nuestro país.
Se trata, según el texto del acuerdo, de incentivar mecanismos de promoción del turismo, en los que se podrá incluir la reserva de espacios para la realización de campañas de promoción, la instalación de puntos interactivos de información el establecimiento de oficinas de promoción del turismo durante la celebración de las mencionadas actividades. Para todo ello, sigue diciendo el acuerdo, se contará con la colaboración de las Comunidades Autónomas y de los Ayuntamientos de las ciudades donde se celebren estos encuentros.
El Puerto de la Cruz, sobre el papel, aparte de la relevancia histórica adquirida por la presencia de destacados personajes, puede aportar recintos aptos para cumplir con esa nueva visión promocional del Gobierno de la nación que pretende asociar la ciencia y la investigación al desarrollo futuro del sector turístico: ahí están el jardín botánico -recurso insuficientemente explotado como hemos sostenido desde hace décadas- y la conocida como Casa Amarilla, donde Wolfgang Khöeler investigó el comportamiento de los primates en medio de un ambiente de intrigas bélicas.
Comoquiera que se está pendiente de la finalización de las obras de ampliación del jardín y el proyecto de restauración de Casa Amarilla no ha terminado de cuajar, pese a los nobles intentos de muchas personas, he aquí una excelente oportunidad para dar un empujón serio y definitivo que permitiera a la ciudad disponer de dos espacios atrayentes donde desarrollar actividades que, debidamente promocionadas, servirían para captar segmentos de mercado turístico mediante el enriquecimiento de una oferta innovadora y de muy alta cualificación.
Pues ya tiene trabajo ese futuro Consorcio. Hay que cuidar y potenciar todas aquellas convocatorias que traten materias como las investigadoras y científicas, de modo que los recursos de los que hemos hablado y cualesquiera otros que pudieran surgir o ser habilitados, sean convenientemente utilizados y promocionados.
Y ya tienen mucho que decir los científicos, los investigadores, los expertos, los analistas y los profesionales, tanto los que ejerzan a título individual como los integrados en entidades y asociaciones, en otra oportunidad que no se puede dejar pasar y que, teóricamente, constituye un excelente campo de acción para trabajar sin interferencias pseudopolíticas en una noble causa: el progreso del Puerto de la Cruz.
Recordemos, por ejemplo, las palabras del catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de La Laguna, José Angel Rodríguez, cuando exponía, en el curso de un congreso urbanístico, la necesidad de revisar criterios en un modelo alternativo de explotación turística que aún está por definir pero que es obligado teniendo en cuenta las circunstancias socieconómicas, la evolución del sector y las tendencias del mercado. Dijo Rodríguez que hay que “despertar el interés del turista por las singularidades del territorio”, un hecho que, sin ser esencialmente novedoso, pone de relieve la importancia del adecuado uso y cuidado de los recursos naturales.
Luego hemos estado atentos a los primeros pasos del Consorcio para la Rehabilitación Turística y a la sugerencia de emplear el hotel como un laboratorio de ideas, conclusión de una importante consultora de investigación en el sector, obtenida después de vislumbrar y analizar las características de la próxima década: la incertidumbre económico-financiera, un movimiento potencialmente masivo de la riqueza de oeste a este, los nuevos avances transformadores a nivel científico y tecnológico y una rápida evolución de las necesidades y expectativas de los consumidores. Estos factores determinan el rumbo de los establecimientos hoteleros.
Pues bien, con estos considerandos surge la oportunidad derivada de un acuerdo del consejo de ministros que encomienda a los ministerios de Ciencia e Innovación y de Industria, Turismo y Comercio, la promoción del turismo en las reuniones, conferencias y congresos científicos internacionales que se realicen en nuestro país.
Se trata, según el texto del acuerdo, de incentivar mecanismos de promoción del turismo, en los que se podrá incluir la reserva de espacios para la realización de campañas de promoción, la instalación de puntos interactivos de información el establecimiento de oficinas de promoción del turismo durante la celebración de las mencionadas actividades. Para todo ello, sigue diciendo el acuerdo, se contará con la colaboración de las Comunidades Autónomas y de los Ayuntamientos de las ciudades donde se celebren estos encuentros.
El Puerto de la Cruz, sobre el papel, aparte de la relevancia histórica adquirida por la presencia de destacados personajes, puede aportar recintos aptos para cumplir con esa nueva visión promocional del Gobierno de la nación que pretende asociar la ciencia y la investigación al desarrollo futuro del sector turístico: ahí están el jardín botánico -recurso insuficientemente explotado como hemos sostenido desde hace décadas- y la conocida como Casa Amarilla, donde Wolfgang Khöeler investigó el comportamiento de los primates en medio de un ambiente de intrigas bélicas.
Comoquiera que se está pendiente de la finalización de las obras de ampliación del jardín y el proyecto de restauración de Casa Amarilla no ha terminado de cuajar, pese a los nobles intentos de muchas personas, he aquí una excelente oportunidad para dar un empujón serio y definitivo que permitiera a la ciudad disponer de dos espacios atrayentes donde desarrollar actividades que, debidamente promocionadas, servirían para captar segmentos de mercado turístico mediante el enriquecimiento de una oferta innovadora y de muy alta cualificación.
Pues ya tiene trabajo ese futuro Consorcio. Hay que cuidar y potenciar todas aquellas convocatorias que traten materias como las investigadoras y científicas, de modo que los recursos de los que hemos hablado y cualesquiera otros que pudieran surgir o ser habilitados, sean convenientemente utilizados y promocionados.
Y ya tienen mucho que decir los científicos, los investigadores, los expertos, los analistas y los profesionales, tanto los que ejerzan a título individual como los integrados en entidades y asociaciones, en otra oportunidad que no se puede dejar pasar y que, teóricamente, constituye un excelente campo de acción para trabajar sin interferencias pseudopolíticas en una noble causa: el progreso del Puerto de la Cruz.
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