miércoles, 21 de agosto de 2013

NO HAY REMEDIO

El presidente de la todopoderosa CEOE, Juan Rosell, pide supresión de los privilegios de los trabajadores fijos y, ya puestos, hasta la reconversión de las pensiones de las viudas. Un lince Rosell. Claro: sin muchas posibilidades de especular en el sector inmobiliario, en la construcción o en las disminuidas obras públicas, no queda más remedio que atacar a los de siempre. La misma cantinela. Vaya porvenir.
Unas ganas ya de leer y escuchar a empresarios ideas innovadoras, alternativas imaginativas. Algo más que los lamentos de siempre ante los impuestos o los gastos de la Administración. Unas ganas de verles aportar soluciones concretas para generar empleo, para hacer que se correspondan, por ejemplo, las buenas cifras turísticas con la creación de puestos de trabajo.
Pero no: a estas alturas, aún se permiten introducir el concepto privilegios en sus discursos. O avisar a las viudas que hay que revisar el carácter de su pensión. Eso sí: del fraude fiscal al erario público, concentrado en un 75% de las empresas integradas en la gran patronal, no se dice nada.

No hay remedio. 

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