La Ley de Racionalización y
Sostenibilidad de la Administración Local (LRSAL) terminó donde se esperaba: en
el Tribunal Constitucional (TC). Lo habían anunciado distintas formaciones
políticas, casi desde su aprobación, y a medida que se fue conociendo su
contenido definitivo y han ido surgiendo dificultades prácticas de su
interpretación y aplicación, la voluntad fue acentuándose hasta terminar
materializando un recurso cuya resolución se espera ahora con verdadero
interés, incluso pensando en las próximas elecciones autonómicas y locales de
2015.
Hay algunos hechos en torno al itinerario seguido tras la
aprobación de la norma por parte del Gobierno y de la mayoría popular que
llaman la atención. Por ejemplo, que la Xunta de Galicia haya aprobado otra ley
específica ¡para interpretar la propia LRSAL! O que el Gobierno de Canarias
haya acordado con la Federación Canaria de Municipios la elaboración de unas
pautas para encontrar alternativa a las dudas y las trabas inspiradas por
técnicos y funcionarios a la hora de implementar determinados preceptos, sobre
régimen retributivo y sobre prestación de servicios sociales, pongamos por
caso. O que por primera vez en treinta y cinco años de democracia municipal en
nuestro país más de dos mil trescientos ayuntamientos, en representación de más
de dieciséis millones de ciudadanos, hayan presentado un recurso totalmente
inédito con un factor sustantivo relevante: defender la autonomía local que se
considera claramente vulnerada en el texto.
Un texto que, como hemos dicho en otros artículos sobre
el particular, restringe competencias a los ayuntamientos y deja abiertas las
puertas a la privatización de los servicios sociales, en una suerte de último
nicho de negocios que restaba al sector privado. No es ya el deterioro sino el
desmantelamiento mismo de estructuras y redes de servicios que las
instituciones locales idearon y pusieron en marcha con gran esfuerzo -mientras
el sector privado se entretenía en otros negocios más jugosos, más directos y
menos problemáticos que la atención a quienes de verdad la necesitan- para que
los vecinos, siquiera por el principio de la proximidad, encontraran un refugio
al que acudir, un espacio de consuelo y de atención que ahora podrán seguir
utilizando solo que, probablemente, pagando de su bolsillo tasas y tarifas por
prestaciones. Unas serán más caras, por supuesto. Y no hay garantía de que la
mayoría ofrezcan la misma calidad que hasta ahora. Serán los ayuntamientos
pequeños, los de menos de veinte mil habitantes para situarnos, los que más
sufran las consecuencias en este marco de los servicios sociales. Al producirse
un traspaso universal de competencias a diputaciones, cabildos y consejos
insulares, asistiremos a un reajuste de tarifas y precios públicos que aseguren
los beneficios de las empresas y las subidas tributarias a las familias.
Recordemos que el Consejo de Estado ya emitió en su día
un dictamen sobre los contenidos de la norma. El Gobierno salía malparado pero
siguió adelante pues la máquina reformista no se detiene ni aun con informes
públicos de instituciones a las que se consulta su parecer. Ahora es el TC el
que tiene la palabra. Será determinante su parecer con vistas al futuro de los
ayuntamientos, pensando, además, en que la mismísima Carta Europea de Autonomía
Local a la que suelen recurrir algunos municipalistas para hacer valer sus
posiciones también se ve lesionada.
Mientras tanto, es inevitable pensar en las entidades
locales como subordinadas de otras administraciones públicas que, por mor de
una reasignación, hayan pasado a ser las titulares del listado competencial que
caracterizó durante varios mandatos el desenvolvimiento de los ayuntamientos.
El recurso ante el TC es ampliamente representativo de
una mayoría social. No es una razón para sentirse excesivamente optimistas a la
hora de su resolución pero no puede ser que tanta gente ande tan descabellada a
la hora de pensar que los centros de poder político más cercanos a la
ciudadanía se van a ver privados de autonomía, de financiación, de recursos y
de instrumentos para solventar demandas y necesidades primarias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario