sábado, 12 de agosto de 2017

CUANDO UN TROFEO VERANIEGO SE CONVIRTIÓ EN UN ACONTECIMIENTO

A ver si hurgando en la memoria somos capaces de escribir una entrada con cosas nuevas que no se sepan o no hayan sido publicadas, ahora que ayer se cumplieron cuarenta y seis años del encuentro inaugural de la primera edición del Trofeo Teide de fútbol, con un campo municipal “Los Cuartos” flamante, estrenando césped; y el próximo martes será el aniversario de la gran final de entonces entre el Deportivo de La Coruña, entonces en Primera división, y Puerto Cruz, militante en la Primera categoría regional, con victoria gallega (2-0).

El Teide es un poco el torneo futbolístico de todos nosotros, de los aficionados del Valle, de los futboleros entusiastas, el que vimos nacer y al que contribuimos a que creciera, justo en unos momentos en que el fútbol territorial parecía estancado y carente de alicientes. Fue concebido para ofrecer espectáculo a los aficionados de la isla que llevaban varios años acumulando decepciones y para incentivar las modestas economías de los clubes regionales promotores: Orotava, Puerto Cruz y Real Unión que, deportivamente, de paso, tendrían la oportunidad de enfrentarse a un equipo grande o de categoría superior.

Aquel verano de 1971 fue particularmente movido en el Valle de la Orotava. Ventura Machado alternaba su consulta y sus visitas médicas con la dedicación a la Unión Deportiva Orotava que presidía en medio de un gran respeto por su reputado prestigio humano y profesional. El doctor Machado, con su inconfundible corbata de pajarita, se empeñó en que “Los Cuartos” debía tener cancha de hierba. Desde finales de abril de aquel año, comenzó la siembra. 'Maestro' Felipe, el jardinero que cuidaba el césped del “Heliodoro Rodríguez López”, tuvo a su cargo el proceso, en el que participaron muchas personas, agricultores incluidos. Brotó y la alfombra lució esplendorosa el 11 de agosto, una inolvidable tarde de estreno.

Pero antes de esa fecha sucedieron otras muchas cosas. Luis Guiance Abreu, militar de profesión, era el presidente del histórico Real Unión de Tenerife. Su estrecha amistad con Mateo Prada Canillas, quien fuera Capitán General de Canarias, y antes de Galicia, facilitó las gestiones que una tarde tras otra hacían con la directiva del Real Club Deportivo de La Coruña, entrenado por Arsenio Iglesias Pardo, el 'bruxo' de Arteixo, protagonista de un ascenso histórico. El hotel 'Marquesa', del Puerto de la Cruz, propiedad de los hermanos Díaz González, se convirtió en el centro de operaciones. Muchas llamadas de teléfono, muchos telegramas, muchos güisquis revelaban un tráfago desconocido en el fútbol regional de entonces. Guiance aparecía acompañado de Ramón Jorge Frías, quien le sucedería en el cargo años después, y de Darwiche, un ex jugador del cuadro unionista en el que había depositado mucha confianza. Pedro González de Chaves y Rojas, teniente de alcalde del Ayuntamiento portuense, alternaba con Alberto Hernández Illada, presidente del C.D. Puerto Cruz y fiel secretario general, Pedro Real González, celoso cumplidor de todos los trámites federativos y secretariales. Por allí tambien era visto Pepe Casiano Verano, que presumía de haber jugado en Maracaná. Desde La Orotava se incorporaban los hermanos Hernández Sánchez, Juan y Graciano, preocupados en la organización de las taquillas, presupuestos, desplazamientos y otros menesteres.

Hasta la celebración del partido inaugural que acabó con victoria del Deportivo sobre Orotava (1-3), se vivió un frenesí desmesurado. Había auténtica ansiedad balompédica. Los dos periódicos de entonces, El Día y La Tarde, rivalizaban en ofrecer la mejor información. Hasta la llegada de la expedición coruñesa al aeropuerto de Los Rodeos fue objeto de cobertura informativa. Al frente del Coruña, su vicepresidente, José Pereira. Se alojaron en el hotel 'Interpalace'. El club gallego no cobró su participación en el torneo. Galindo anotó el primer gol de aquel partido en el nuevo recinto orotavense, dirigido por Manuel Valle. En los prolegómenos, acto de bendición a cargo del arcipreste y párroco de La Concepción, Leandro Medina. Autoridades de entonces presentes: Álvaro Acuña Dorta, delegado de Educación Física y Deportes; Juan Cullen y Lugo , alcalde de la Villa; Miguel Ángel Morales Pestano, presidente de la Federación Tinerfeña de Fútbol.

El paso siguiente era la otra semifinal, que se disputó en 'El Peñón', hasta que anocheció, entre Puerto Cruz y Real Unión. “Increíble y maratoniano partido”, titulaba La Tarde. Todo igualado hasta que se resolvió en los penaltis, después de la prórroga y cuando ya la luz diurna agonizaba. Guiance apenas pudo contener su amargura pues aspiraba a que su equipo fuera el finalista. Lito y Basterra, ya fallecidos, fueron los héroes de aquel trance que aumentó, vaya que sí, las expectativas para la final, disputada en “Los Cuartos” el festivo 15 de agosto.

Aspecto inmejorable el del recinto orotavense. Lleno total. Subieron guaguas repletas desde el Puerto. La cancha, de nuevo, lucía flamante. Un minuto de silencio en memoria de Salvador Ledesma, presidente del C.D. Vera, quien esa misma mañana fallecía trabajando cerca del campo que luego llevaría su nombre. La pregunta que todos se hacían: ¿cuánto resistirá Puerto Cruz? El caso es que jugó muy ordenado, acaso favorecido por la lesión del internacional Manolete. Los aficionados se pusieron del lado del más débil y hasta se ilusionaron pero aguantaron hasta el minuto 70, cuando Beci superó a un Lito sobresaliente todo el partido. El mismo delantero gallego anotaría el segundo gol. Con los portuenses jugaría por última vez un delantero de Los Silos, Cejas, quien al día siguiente, sin avisar, se marcharía a Holanda y dejaría a la directiva del club en la estacada.

Se dijo que la recaudación de los encuentros disputados superó el millón de pesetas, por lo que los clubes promotores se embolsaron más de cuatrocientas mil, todo un pellizco para comenzar la temporada. La experiencia había sido positiva en todos los órdenes e invitaba a preparar una segunda edición con igual o superior nivel.

Se han cumplido cuarenta y seis años de aquella primera andadura de un torneo futbolístico que se ha consolidado hasta el punto de ser uno de los más reconocidos en el calendario veraniego patrio. Toda una historia que pronto cumplirá medio siglo. Pronto. Que empiecen desde ahora a preparar ese aniversario.

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