sábado, 19 de agosto de 2017

PAISAJE TRAS LA CENSURA ICODENSE

Coalición Canaria (CC) ha perdido la moción de censura en el Ayuntamiento de Icod de los Vinos, de las primeras en la ya larga historia de la presentación de estas iniciativas en el municipalismo canaria, en la que figura casi siempre como promotora, bien en solitario o en comandita con otras formaciones políticas. Se ha quedado, entonces, sin alcaldía.
Parecía condenada cuando, a principios de mandato, no hubo manera de aplicar el criterio de la cascada, esto es, caen en la misma dirección de entendimiento político que concertaron quienes pactaron el Gobierno de Canarias, entonces CC y Partido Socialista Canario-PSOE (PSC-PSOE) que, allá por diciembre del pasado año, pese a que representantes de las dos partes y del propio espectro mediático decían que era la mejor alianza posible para la Comunidad de nuestras desdichas, estiraron hasta la ruptura las discordias, las desconfianzas y las desavenencias.
Ni siquiera aprovecharon los nacionalistas las pugnas intestinas de los socialistas, lamiéndose viejas heridas. Han durado, precisamente, hasta ahora, cuando dos de sus cinco ediles no comparecieron en la sesión. Tal como están las cosas de resquebrajadas, a saber si van a dar cuenta. Total...
La aprobación de los presupuestos municipales hace pocos meses, con los votos favorables de la oposición -compuesta por ediles de los cuatro grupos que han aproyado la moción de censura-, fue, en cierto modo, el detonante. El episodio es insólito y por un quítame allá esas facturas de las fiestas, la gran paradoja abonaba un terreno insospechado. La oposición aprueba los presupuestos ¿y el gobierno local, en exclusiva CC, es el que gestiona o los administra?
Se cuidó el alcalde censurado, Francisco González (CC), de no someterse a una moción de confianza que hubiera sido una salida democrática y digna y quién sabe si la hubiera salvado de haber estado precedida de un proceso negociador en el que hubiera propiciado, por ejemplo, un gobierno de concentración. Prefirió enrocarse, en vez de acreditar talante, encomendándose a las cartas cuyos palos son decisivos una vez que ya han sido puestas sobre la mesa todas las figuras y las ganadoras. A ver quién llevaba el caballo de lo virado. Hasta vislumbró esperanzas cuando alguien, creyendo que guardaba 'la mala', tensó la cuerda en Madrid tratando de envolver con celofán un asunto que decían de Estado. Era el último cartucho. Más adelante, un suponer, se podrá calibrar las consecuencias. De la pérdida de confianza, dicen. Bueno...
Las censuras destapan, por lo general, algunas contraposiciones, ideológicas o personales. En Icod no fue la excepción: José Ramón León, nuevo alcalde, en representación de Somos Icodenses-Nueva Canarias, fue en su momento dirigente y edil del PSC-PSOE, formación que ahora le presta su apoyo para el acceso a la alcaldía (Al menos, tres de los cinco concejales) Ironías, o lo que sea, de la política.

La operación se cierra con un aviso para CC que ríanse ustedes del clamor taurino: PSOE y PP (también Ciudadanos, partícipe en la misma con su voto) han sido capaces de entenderse para derribar -con el uso legítimo de la censura tan esgrimido por los nacionalistas en muchas otras ocasiones- una plaza que, aún en precario, ocupaba CC. Si la fórmula es aceptada como laboratorio (sic) y funciona, puede que termine siedo un ejemplo o banco de pruebas para futuras alianzaz de perfil similar. Coalición Canaria ya debe estar interpretando, sin necesidad de recurrir a victimismos, que no solo entre amplios sectores ciudadanos sino en otras formaciones políticas hay un cierto propósito de castigo con el propósito claro de hacerla pasar una temporada en la oposición. Es la penitencia que hay que sufrir al cabo de los ciclos prolongados en el poder.
Claro que quienes ahora abordan un escenario experimental, sin mucha experiencia en responsabilidades de gobierno -todo hay que decirlo- ,tendrán que hacer un desempeño pletórico de destreza para que la cosa cuaje y transmita una notable dosis de credibilidad a la ciudadanía, bastante maltrecha, desafecta y recelosa con todos los trajines de la política.
A la sombra del Drago empieza a escribirse una nueva página. Se abre otro paisaje.

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