martes, 16 de diciembre de 2025

NO HAY ESPACIO PARA TANTA GUAGUA

 

Empresarios y profesionales del sector turístico se quejaban amargamente días pasados, en el curso de un encuentro navideño, de la próxima medida de  la sociedad mercantil o empresa pública ‘Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea’ (AENA), encargada de la gestión de los aeropuertos del país, consistente en reorganizar el sistema de aparcamientos y la estancia de guaguas en las infarestructuras aeroportuarias a partir del próximo mes de enero. La medida se aplicará, inicialmente, en Tenerife Sur y Lanzarote. Posteriormente, se extenderá de forma progresiva a Fuerteventura y Gran Canaria hasta 2027. La medida ya ha sido comunicada a las empresas de transpòrte discrecional que operan en los citados recintos. 

AENA la justifica argumentando el aumento del número de vehículos de transporte discrecional que operan en los aeropuertos canarios en los últimos años, frente a una disponibilidad de espacio limitada en los recintos aeroportuarios.

Pues la que se puede armar en el sur, una de las principales entradas a la isla. Si el malestar y los problemas que se venían sucediendo a cuenta de la operatividad de los taxis -una cuestión de competencias administrativas que parece un conflicto de derecho internacional-, ya han generado trastornos y suscitado quejas de usuarios de alto volumen, imaginemos la que se va a producir a partir de ahora pues no faltarán quienes tensen la cuerda con tal de que se eleve el listón de la conflictividad, alegando, claro, defensa de intereses.

El caso es que, según informa Diario de Avisos, a partir del 15 de enero, se incorporará un nuevo sistema de control mediante barreras de acceso y un método de pago previo a la salida. El modelo consignará un período de cortesía de sesenta minutos para la recogida de pasajeros y, en caso de superar ese tiempo, la estancia se facturará conforme a la tarifa de rotación del aparcamiento de usuarios, tasada (en términos generales) en unos 0,08 euros el minuto.

El Gobierno de Canarias ya ha expresado su oposición a esta medida, anunciando que “intentará evitar su puesta en marcha”. Pero la voz discrepante más enérgica, es la de la Federación de Empresas de Transporte de Canarias (FET) que expresó en una comunicado su rechazo frontal a la medida, al considerar que supondrá un “perjuicio directo” para el subsector y, de forma indirecta, “para la industria turística del Archipiélago”.

Según la patronal, recoge Diario de Avisos, la aplicación de esta tasa “podría generar un sobrecoste de hasta 6.000 euros mensuales por transportista”. Entre los principales argumentos en contra del subsector, figura la “inexistencia de problemas de espacio” que justifiquen una medida de este tipo, así como el desajuste entre la hora de cortesía y la operativa real.

A este rechazo se sumó el Círculo de Empresarios y Profesionales del Sur de Tenerife (CEST), que advirtió del impacto que la medida puede tener sobre la competitividad turística del destino. Su presidente, Javier Cabrera, señaló que el sobrecoste afectará a un subsector “altamente estacional y cuestionó que la iniciativa responda a criterios técnicos”.

Las empresas de transporte que operan de forma habitual en el aeropuerto sureño también han expresado su profundo malestar. Desde una de las compañías con mayor volumen de servicios en este ámbito, señalan que “no se oponen a la nueva gestión”, pero advierten de que, sin una bolsa de espera próxima a la terminal de Granadilla de Abona, la actividad diaria “se volverá impracticable”.

En fin, el año, turísticamente hablando, empezará calentito.

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