Que RadioTelevisión Canaria no haya querido entrevistar al alcalde de Candelaria, Gumersindo García, en el curso de las celebraciones festivas de la localidad, porque el regidor quiso hacer las cosas de la mejor manera a la hora de adjudicar la señal televisiva para transmitir determinados actos, sólo pone de relieve el criterio con que se conducen muchas cosas en esta tierra: el criterio del capricho y el de ahora te vas a enterar.
Un requiebro judicial, de esos que difícilmente se entienden, resolvió la controversia.
Total, qué más da.
Ni la Radiotelevisión Canaria habrá aumentado sus índices de audiencia ni García será menos alcalde porque sus micrófonos no hayan recogido su testimonio.
Pero los responsables de aquélla ya están preguntándose -¿o no hace falta?- por qué ese rechazo o esa desconfianza no ya de cargos públicos socialistas sino de importantes segmentos de población localizados entre cortados y mediobocadillos mañaneros, conversaciones de oficina a cualquier hora, comentarios de sobremesa, foros digitales y diálogos para besugos. Si para la captación de audiencia vale todo -entre ello discriminar a un alcalde por un enfado-, es lógico que mucha gente se muestre crítica y descontenta. Y eso que es la nuestra. ¡Jo!
A Sindo, alcalde: ni preocuparse por el trance. Se anota en la libreta por aquello de la desmemoria, que siempre hay bajaditas, y punto. Quien quiere lo mejor para su pueblo, quien defiende el interés general, quien actúa con transparencia suele encontrarse con reveses y vetos, aunque sean caprichosos.
No plegarse cuando se dispone de razones para hacerlo, seguir aprendiendo y trabajando, es el sino del buen municipalista.
Ya lo reconocerán quienes tengan que hacerlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario