jueves, 29 de diciembre de 2016

ERA BUENO, LO MEJOR, PERO...



Es curioso. O acaso otro elemento de prueba del surrealismo de la política canaria.
Mientras duró, las partes hacían consideraciones públicas sobre las bondades del pacto entre nacionalistas y socialistas. “Es lo mejor para Canarias”, frase que resumía el pensamiento. De unos y otros. Se diría que hasta de terceros, incluso los menos simpatizantes. La alianza nació con recelos, pero la fueron timoneando de manera tal que fue sorteando aguas procelosas… menos la cascada que salpicaba al ámbito local, allí donde los personalismos, las diferencias históricas y las incompatibilidades hicieron insalvables los obstáculos.
El caso es que, en pleno proceso de fractura, unos y otros insistían en el mensaje. Pero ya era difícil soldar. Y a posteriori, surgen testimonios llamativos en el mismo sentido. El de la consejera de Hacienda del Gobierno de Canarias, Rosa Dávila, por ejemplo, quien ha dicho que “nunca antes un Gobierno en Canarias había conseguido tantas cosas en tan poco tiempo”. Y detalla: “Se han logrado importantes avances en materia de financiación de los servicios públicos esenciales, creación de empleo e impulso a la actividad económica, incluidas las inversiones en infraestructuras”.
La consejera se adelanta a los socialistas a la hora de hacer valoraciones. Ya debieran estos, en medio de la ruptura y del relajamiento navideño, hacer algo similar porque mimbres hay, desde luego, para acreditar una estimable obra de gobierno en los departamentos que gestionaron.
Pero, bueno, si tan ‘mejor’ era, si tantos logros y si tantos avances gestionó aquel gobierno, no se explica muy bien que saltara hecho añicos. O sí: en la política canaria, no sobrada de lógica ni coherencia, con sus peculiaridades, estas cosas -y las que se avecinan- son posibles.

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