lunes, 26 de diciembre de 2016

NI INTOLERANCIA NI EXCLUSIÓN

No caben la intolerancia ni la exclusión, dijo entre otras cosas cargadas de razón, el Rey en su radiotelevisado discurso navideño. A ver si se enteran unos cuantos, principalmente aquellos que practican esas actitudes en los foros y ámbitos a su alcance, generalmente para complicar la convivencia. Intolerancia y exclusión envuelven la radicalidad, acaso porque con ellas se pretenda -y se procure- el miedo y la intimidación. Quienes las alientan, también desde algunos medios de comunicación, hacen un flaco favor a la sociedad. Van más allá de posiciones críticas -que son legítimas- porque eluden el respeto, propician el encono y la crispación y porque fomentan los odios que tan fáciles son de prender en determinados ambientes. Quizá por esto mismo, porque lo saben, siempre dan una vuelta de tuerca.


La intolerancia y la exclusión distinguen para mal a quienes hacen uso de ellas. Aunque critiquen al monarca por decirlo. En un país como el nuestro, tan necesitado de sosiego y de cordura, especialmente en el vasto campo de lo público, se precisan otras virtudes bien diferentes. Y alguien tiene que expresarlo.

No hay comentarios: