Comentábamos
ayer la evolución del segmento MICE, concepto turístico que hay que
asociar a los viajes de reuniones, incentivos, convenciones y eventos
de distinta naturaleza. Las conclusiones de estudios y análisis a
cargo de expertos en la pasada edición de la Feria IBTM World de
Barcelona remarcan algunas consideraciones y valoran las tendencias
que lo caracterizarán a lo largo del próximo año.
Por
ejemplo, señalan que el MICE avanzará con viento de cola a favor
tomando en cuenta las previsiones de crecimiento económico del Fondo
Monetario Internacional (FMI), situadas globalmente en un 3,4%. De
todos modos, los mismos expertos anuncian que hay que ser cautos con
estas estimaciones.
¿Quiénes
viajarán más? Dicen que los clientes corporativos ligados a las
tecnologías de la información no aumentarán su nivel de gasto en
viajes y eventos. Por el contrario, la industria de la automoción y
la farmacéutica presentan mejores perspectivas. Y es que el concepto
incentivos está cambiando. Alberto Mestre, ejecutivo de una de las
firmas presente en la feria de Barcelona, señaló que “hace veinte
años, eran incentivos por incentivos, donde la cuestión era tratar
como reyes a los invitados. Ahora se busca una conexión más
emocional, con un hilo conductor a lo largo del viaje. No olvidemos
que en muchos casos se trata de participantes con experiencia viajera
o que ya conocen ese destino”. Todo da a entender que, en la
actualidad, el objetivo de los viajes de incentivos consiste en
generar un mayor sentimiento de pertenencia a los propios empleados o
colaboradores externos, sentimiento también vinculado a causas de
responsabilidad social.
Luego
aparece, entre los factores que marcan tendencia, la seguridad. Rob
Davidson, otro de los expertos presentes en la ciudad condal, autor
del informe de perspectivas, comentó que la seguridad ha pasado a
ser la prioridad número uno en esta modalidad del negocio turístico.
Las consecuencias del atentado de París de noviembre de 2015 -aunque
donde más se notaron los efectos, según parece, fue en los sectores
de ocio y comercio- obligan a perseverar en todas las precauciones
posibles. De hecho, la demanda para mega-congresos en la capital
francesa para los dos próximos años ha aumentado considerablemente.
Pero
las incertidumbres políticas y económicas en Europa son el factor
más preocupante en los operadores turísticos. De ahí que las
empresas obren con mucha cautela a la hora de planificar sus viajes y
programas con vistas a 2017. Las dudas que genera el 'brexit', el
aumento de la inflación en el Reino Unido, el rumbo que emprenda
Italia tras la salida de Renzi (el problema de los préstamos tóxicos
en la banca italiana sigue sin estar resuelto), el fenómeno de los
populismos y la consiguiente radicalización social y la posibilidad
de que algunos países se marchen de la Unión Europea (UE) son
hechos que abonan tales incertidumbres.
Finalmente,
la implantación y el manejo de las nuevas tecnologías, tanto por
empresas como por clientes, inciden también en la evolución del
MICE, pensando en una de las características anteriormente
apuntadas: la conexión emocional o la motivación especial para
encontrar un hilo conductor a lo largo del viaje.
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