lunes, 10 de diciembre de 2018

DE NUEVO EL CONESTUR

A ver cuántos se acordaban de la existencia del Consejo Español de Turismo (Conestur) que se reúne hoy, al cabo de cuatro años sin hacerlo. Más de uno dirá que es la prueba de una de esas estructuras inservibles. Habrá quienes razonen afirmando que todos andaban muy ocupados mientras contabilizaban turistas y pernoctaciones que batieron récords. Y otros asegurarán que consejos así son manifiestamente prescindibles porque el turismo es gestión, promoción y cuenta de resultados, no debate ni tentaciones de politización. Se equivocan, claro.

Bien, pues expliquemos que se trata de un organismo creado en 2005 para sustituir al Observatorio del Turismo y al Consejo Promotor del Turismo, con un objetivo muy claro: lograr niveles más altos de participación y colaboración en las políticas sectoriales y en la promoción exterior. Administrativamente, el Conestur es un órgano colegiado, asesor y consultivo adscrito al Ministerio de Industria, Comercio y Turismo cuyo titular ostenta la presidencia. Compuesto por cincuenta y cuatro miembros, procedentes tanto del sector público como del privado, esto es, representantes de la patronal, de las cámaras de comercio, de las organizaciones sindicales y profesional.

Fue concebido como un foro de diálogo, participación y colaboración entre los poderes públicos y la iniciativa privada. Su finalidad principal consistía en favorecer la participación de las distintas administraciones públicas con competencias en la materia y de empresarios, profesionales y trabajadores que se desarrollan en la actividad turística en el seguimiento de las políticas turísticas en España y en los programas propios de la administración turística del Estado. Estaba previsto que funcionara en pleno -debía reunirse al menos una vez al año- y dispusiera de una comisión ejecutiva, además de constituir grupos de trabajo con el fin de llevar a cabo tareas relacionadas con la preparación, estudio y propuesta de asuntos propios del ámbito temático del Consejo.

Después de cuatro años en blanco -¿alguien lo echó en falta?- la ministra del ramo, Reyes Maroto, ha tomado la iniciativa y ha convocado para hoy para exponer líneas de actuación abiertas y desarrolladas por el Gobierno y para debatir lo que se conoce muy genéricamente como retos y oportunidades del sector en el año entrante. Se supone que los operadores turísticos algo tendrán que decir.

Especialmente en asuntos como la necesaria legislación en materia de viviendas de uso turístico pues la realidad obliga a garantizar la legalidad, la calidad, la seguridad y el régimen fiscal de esta modalidad de viviendas. Tengamos presente que, en el contexto de los antecedentes para tratar este asunto, se ha hablado ya de modificar la Ley de Arrendamientos Urbano y la Ley de Propiedad Horizontal, así como de la definición de piso turístico y la apertura de un registro único estatal.

Desde el ángulo de las previsiones, destaca la denominada Estrategia de Turismo Sostenible 2025 que contendrá las líneas maestras de la política turística y de su aspiración para completar un modelo turístico sostenible. Se pretende que tal estrategia sea aprobada en el primer mes del año próximo.

Como se puede apreciar, asuntos sobre los que reflexionar y para debatir con pragmatismo. El Conestur debe servir para algo.


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