sábado, 29 de diciembre de 2018

REVOLUCIÓN Y MARCHA ATRÁS

Iba a ser una revolución pero le han puesto la marcha atrás. Los mismos que hicieron alardes de propaganda -uno más, gastos inútiles, quién asume la responsabilidad- son los que ahora dejan sin efecto la reordenación unilateral de las líneas de transporte de TITSA en el norte de la isla. Habrán escuchado el clamor: no quedó nadie sin protestar, sin quejarse, sin sufrir lo que era un disparate. Han tenido que escuchar a los usuarios, al pueblo y a las instituciones que adoptaron acuerdos, y frenar. Para ser tan pasivos e indolentes, para andar desvertebrados y para no encontrar mayor apoyo mediático, los resultados son positivos. Borrón y ordenación nueva.
Los usuarios lo agradecerán, aunque necesiten un tiempo los responsables para volver a poner las líneas, la información y la señalética en su sitio. Lo ocurrido sirve de lección: la próxima vez, consulten. Y aprovechen para atender demandas o configurar líneas, trayectos y frecuencias con más tino. Menos experimentos, aderezados de lujo propagandístico, y más rigor y más racionalidad.
Sin olvidar que después de Reyes, volveremos a los atascos cotidianos. Acentuados, por cierto, con esta reordenación a la que han puesto finiquito. El problema estructural persiste -las vías no absorben el crecimiento del parque automovilístico- y no lo iba a eliminar la tan mentada reordenación.
Vienen meses en los que, por razones obvias, no se quiere alimentar malestar ni descontentos. Pudieran aprovechar para estudiar e impulsar otras medidas infraestructurales que, a medio y largo plazo, sean eficaces.

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