jueves, 6 de agosto de 2020

CIUDAD TURÍSTICA, SIN OFICINAS INFORMATIVAS

El asunto es simple y así deben ser las explicaciones.

Aunque parezca mentira o insólito: no hay oficina de información turística en el Puerto de la Cruz. Mejor dicho: la que existe, dependiente del Cabildo Insular o de su estructura del ramo, Turismo de Tenerife, está cerrada. O no ha sido abierta tras el confinamiento. En el Puerto han reabierto algunos hoteles, hay turistas en playas y recorriendo establecimientos, se les ve en peatonales, observando escaparates o comprando en unos cuantos establecimientos, principalmente del centro. Pero si han acudido hasta la calle Lonjas y se han interesado en la siempre llamativa Casa de la Aduana (donde se ubica el primer Museo de Arte Contemporáneo de España, Eduardo Westherdal (MACEW), comprobarán que en las dependencias de la Oficina de Información Turística, localizadas en la primera planta, no hay nadie.

Hombre, a estas alturas, cuando se habla de recuperación de la normalidad y de la prestación de servicios públicos, debiera entenderse que la reapertura de la Oficina ya tenía que haberse producido, con limitaciones horarias, con los límites de aforo y todas las medidas dispuestas por quien proceda, la reanudación de una actividad esencial, sobre todo, para turistas y visitantes. El cierre, en pleno mes de agosto, revela que el descuido y la falta de sensibilidad son un hecho reprobable. Confiemos en que algún responsable lea esta entrada y promueva alguna acción.

Ya puestos, acaso resulte más grave o menos aceptable todavía que el Ayuntamiento no disponga de una oficina o de un departamento similar de competencia y de gestión propias. Seguro que a lo largo de los últimos años, entre limitaciones de recursos y otras carencias, unidas a la falta de sensibilidad con el hecho turístico, prefirieron economizar costes y ya que el Cabildo quiere tener presencia, pues que haga él las prestaciones. Y eso que hay un emplazamiento difícilmente mejorable, como es el espacio de titularidad municipal (oficinas y dependencias) en plaza de Europa, donde ya estuvo, por cierto, hasta que los caprichos y las sinrazones acabaron por liquidar.

Hay mucho de responsabilidad y de inacción municipal que es urgente corregir. Si se quiere reactivar el destino y conferirle una entidad diferenciada, si se quiere que los turistas regresen satisfechos a sus puntos de origen, hay que empezar por ofrecer un servicio y un espacio informativo adecuados, donde luzca la actividad y las prestaciones derivadas. Y, dadas las características del espacio del que hablamos, hasta se podría pensar en realizaciones suplementarias, si estuvieran relacionadas con la promoción, aún mejor.

Pero, ahora mismo, ni lo uno ni lo otro. Se supone que lo primero, con que Turismo de Tenerife se ponga en marcha, es relativamente fácil de lograr. Y así no quedaría desguarnecido el flanco informativo y los turistas tendrían a donde dirigirse para preguntar por una excursión, por ejemplo, o qué monumentos se pueden visitar.

Lo segundo es más complicado… en tiempos de pandemia. Pero con un poco de voluntad y de diligencia se puede conseguir. Qué menos que disponer de una sede digna para albergar el área de turismo. Y la sede de una oficina informativa, por supuesto.

Porque es muy duro aceptar que una ciudad turística arrastre con este déficit. Es la realidad.


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