La empleabilidad en tiempos de la COVID-19, en tiempos de crisis y de más desesperanza que otra cosa. No es fácil, desde luego. Hay que echar imaginación, rebuscar recursos y coordinar hasta la extenuación para ofrecer una opción a los desempleados. Cuando esa combinación cuaja, hay que congratularse. Cuando está apta para la contratación de mil doscientas veintisiete personas paradas de larga duración, en veintinueve municipios canarios, crecen las oportunidades y el espacio para la subsistencia se agranda.
La iniciativa es del Servicio Canario de Empleo (SCE), adscrito a la consejería de Economía, Conocimiento y Empleo del Gobierno de Canarias. Con una dotación de casi nueve millones de euros, afronta subvenciones que concederá a veintinueve ayuntamientos de las islas que favorecerán la contratación de mil doscientas veintisiete personas desempleadas, mediante el desarrollo de proyectos con formación y práctica profesional a lo largo del presente año.
Es una iniciativa consignada en el denominado Pacto para la Reactivación Económica y Social de Canarias que suscribió el Gobierno con grupos políticos y otras organizaciones empresariales y sindicales. Empieza pues a palparse su utilidad. Las ayudas resueltas significan un notable incremento con respecto a la convocatoria anterior: en 2019, recordemos, fueron concedidas subvenciones por valor de 6,9 millones de euros a veintiséis entidades locales para contratar a mil treinta y cuatro personas desempleadas.
Según informan desde la citada consejería, tramitadas desde finales de mayo en régimen de concurrencia competitiva, las subvenciones se destinan a las corporaciones locales o entidades dependientes de municipios isleños con mayor desempleo, a partir de novecientas personas paradas, para la realización de obras o prestación de servicios calificados de interés general y social durante un periodo máximo de ocho meses y medio.
En concreto, la resolución beneficia a casi una treintena de municipios de cinco islas: Puerto del Rosario (Fuerteventura), Agüimes, Arucas, Gáldar, Ingenio, Las Palmas de Gran Canarias, San Bartolomé de Tirajana, Santa Brígida, Santa Lucía, Santa María de Guía, Telde (Gran Canaria), Los Llanos de Aridane, Santa Cruz de La Palma (La Palma), Arrecife (Lanzarote), Adeje, Arona, Candelaria, Granadilla de Abona, Guía de Isora, Güímar, Icod de los Vinos, La Laguna, La Orotava, Puerto de la Cruz, Los Realejos, El Rosario, Santa Cruz de Tenerife, Santa Úrsula y Tacoronte (Tenerife).
Como hemos destacado en otras ocasiones, la formación es un apartado importante. Porque ase trata de trabajar, sí; pero también de hacerlo con la capacitación adecuada. Es una forma de obligarse y de responsabilizarse. Y es que, en ese sentido, hay que destacar que durante los proyectos generadores de empleo se imparte formación obligatoria en competencias clave durante el 40% de la jornada y se facilita experiencia profesional con remuneración económica a lo largo del 60% restante, mediante la ejecución de obras y servicios de competencia municipal en áreas de utilidad colectiva, ocio, cultura y turismo, de promoción del medio ambiente, de recuperación del patrimonio histórico y, en general, de actuaciones derivadas de la ley de dependencia.
Debe tenerse en cuenta que las actuaciones subvencionadas favorecen, principalmente, a las personas desempleadas con formación deficitaria, sin el título de graduado en Educación Secundaria Obligatoria (ESO) ni certificado de profesionalidad, ya que se facilita la adquisición de las competencias básicas o clave para el acceso a la obtención de las correspondientes acreditaciones. Los ayuntamientos, por medio de sus concejalías de empleo o trabajo, tienen un papel importante que desempeñar en este campo, extendiendo su poder de captación -que no de clientelismo-, de concienciación y hasta de corresponsabilización.
Mejor formación y menos desempleo. Ese es el doble objetivo.
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