A
Philip Feier, excelente profesional
José
Antonio Rosado, empresario, apenas empezado el acto de celebración
del cuarenta cumpleaños de Ashotel, nos informó del súbito
fallecimiento esa misma mañana de Philip Feier, un excelente
profesional del sector turístico, durante tantos años vinculado a
la etapa floreciente del hotel Valle Mar y miembro activo del Club
13, un colectivo que constituyó todo un observatorio local del
turismo, sin otra estructura que la acostumbrada convocatoria de los
días trece de cada mes. Una lástima: Feier hubiera estado allí, en
el complejo turístico 'Costa Martiánez', que también va de
aniversario (otros cuarenta), vigilante crítico como era de la
infraestructura y del funcionamiento del dispositivo montado para la
ocasión por 'Projeza' que es tanto como decir Suso Zárate. Él
siempre buscó la excelencia.
Se
perdió una multitudinaria asistencia (cerca de cuatrocientas
personas) y una fiesta de aniversario que hubo de ser aplazada en su
día por previsiones meteorológicas y en la que se repartieron
plácemes y parabienes, entre satisfacción y emotividad. Se nota,
desde luego, que la cosa va bien en el sector: los discursos de los
responsables institucionales y de la organización empresarial se
construyen desde registros boyantes y proyectos que no se detienen
con tal de seguir captando mercados, aunque pocos reparen en si ya
está sonando el timbre de alarma de la capacidad de carga.
Discursos
que hasta permiten florituras bromistas que llegan a generar un
curioso seguidismo que termina en un no menos llamativo compadreo que
es fiel reflejo de la sintonía, de la recíproca confianza entre un
sector de la clase política y la empresarial. Nunca antes,
posiblemente, se sintieron tan cómodas ambas partes. Y lo que te
rondaré si se consuma la alianza política que se avecina, sobre la
que tampoco faltaron apuntes irónicos. Nada se tiene en contra de
esa felicidad compartida, de esa compenetración y de ese 'fair-play'
ante la gente del sector, ni se pretende amargarla; pero no se
debería hacer ostentación, siquiera por decoro. Sobre todo, cuando
alguna confesión pretendidamente autocrítica induce a confusión.
En
fin, la fiesta de cumpleaños de Ashotel estuvo bien, con algunos
alardes gratificantes. Actuaciones del equipo de natación
sincronizada de la Agrupación Deportiva Santa Cruz y de componentes
de Sirena Academy. Más tarde, después de los discursos,
interpretaciones de los grupos Soul Vibes y Jonay Martin Special
Quartet, así como performances de integrantes de Candelas Teatro que
dieron a conocer sus caracterizaciones de la reina Isabel de
Inglaterra y de la canciller Angela Merkel.
Intervenciones
del alcalde Lope Afonso; del secretario general de la Confederación
Española de Hoteles y Establecimientos Turísticos (Cehat), Ramón
Estalella; del subdelegado del Gobierno, Guillermo Díaz Guerra; del
presidente de Ashotel, Jorge Marichal; y de los presidentes del
Cabildo Insular y Gobierno de Canarias, Carlos Alonso y Fernando
Clavijo, respectivamente.
De
todas, una precisión oportuna de Marichal tras las palabras con las
que resumió Estalella la trayectoria de la entidad cumpleañera.
Dijo el dirigente de Cehat: “Entusiasmo, modernidad, honestidad,
poderío, flexibilidad, cooperación, esfuerzo, visión, ejemplo y
compromiso”. El presidente de Ashotel le pidió que añadiera otra:
“Unidad”, pues interpretaba que ese concepto aglutinaba afanes, a
veces costosos, de iniciativas insulares distintas y había servido
para superar obstáculos.
Luego,
recuerdos y gratitudes para los ex, entrega de distinciones y
reconocimientos, como procedía. Ashotel, pues, ya tiene cuarenta
años. Si el presente es exitoso, cabe desear mejor porvenir.
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