Ha
sido aprobada en Túnez la nueva Carta Mundial de Ética para
Periodistas, un documento concebido para defender y fortalecer, de
forma global, la ética de los y las profesionales de la información.
Trescientos delegados asistentes al 30º Congreso de la Federación
Internacional de Periodistas (FIP) acordaron actualizar la
Declaración de Principios sobre la Conducta de los Periodistas,
redactada en Burdeos (Francia) en 1954, modificada posteriormente en
1986. El texto aprobado en Túnez se adapta ahora a los desafíos
actuales que han de afrontar los profesionales de la información.
Sus
dos primeros artículos son muy claros. El 1 señala: “Respetar la
verdad de los hechos y el derecho del público a conocerla constituye
el deber primordial del periodista”. Y el 2 es consecuente: “De
acuerdo con este deber, el o la periodista defenderá, en todo
momento, el doble principio de la libertad de investigar y de
publicar con hontestidad la información, la libertad de comentario y
de crítica, así como el derecho a comentar equitativamente y a
criticar con lealtad. Él/ella se asegurará de distinguir claramente
la información de la oñpinión”.
En
unos momentos difíciles para el periodismo, cuando muchos
profesionales arriesgan y pierden la vida, cuando los bulos y las
paparruchas son, de hecho, una lacra, cuando la libertad de
información se sigue viendo amenazada; y cuando en nuestro país,
asistimos a cancelaciones de espacios informativos y audiovisuales,
cuando no al cierre de cabeceras y medios y a dolorosos expedientes de
regulación de empleo, con los evidentes perjuicios para el
pluralismo informativo y la estabilidad laboral, esta Carta pone de
relieve el papel de los periodistas en circunstancias tan adverssas.
El
preámbulo del documento aprobado en Túnez invita a no rendirse y a
asumir los principios del trabajo periodístico: “La
responsabilidad del periodista para con el público -señala- tiene
prioridad sobre cualquier otra responsabilidad, en particular para
sus empleadores y las autoridades públicas”. Advierte que el periodismo es una “profesión” que “requiere tiempo, recursos y
medios para su ejercicio”. Esta declaración internacional
especifica las directrices de conducta de los periodistas en la
investigación, edición, transmisión, difusión y comentario de
noticias e información, y en la descripción de los acontecimientos
por cualquier medio. Otras disposiciones importantes se refieren al
respeto de la verdad, los conflictos de intereses, la protección de
las fuentes y la discriminación.
Téngase
en cuenta que la FIP es una confederación de sindicatos y
asociaciones de periodistas, la mayor del mundo. Por lo tanto, la
aprobación de la Carta tiene una considerable importancia a la hora
de cumplir con su finalidad principal, esto es, la defensa y
fortalecimiento de la libertad de prensa. Otras acciones de la FIP
están orientadas a la defensa de la solidaridad, la justicia social,
los derechos laborales, la democracia y la globalización, así como
contra la probreza y la corrupción.
El
secretario general de la organización, Anthony Bellanger, tras la
aprobación del documento no dudó en señalar que estábamos ante un
hito en la hstoria de la FIP. Afirmó que “la ética profesional
fue uno de los pilares fundamentales de la fundación de la FIP, en
París en 1926. Este nuevo documento recoge las obligaciones
profesionales establecidas en 1954, pero también incluye los
derechos de los y las periodistas, en un mundo en el que se está
abusando de la profesión”. Con ello quiso decir que todos los
periodistas del mundo podrán identificarse con la Carta y
utilizarla, incluso, “para defenderse de los empleadores sin
escrúpulos”.
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