viernes, 19 de julio de 2019

PORVENIR MUNICIPALISTA


A ver si es verdad. La Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) ya ha convocado el duodécimo pleno para el próximo 21 de septiembre con el siguiente lema: “Lo mejor está por venir”. A ver si es verdad. Tan solo con dos demandas, la delimitación de competencias y la financiación, ya hay para ilusionarse... y para trabajar a fondo en pos de su materialización.

A la espera de que se complete el mapa político-institucional para contrastar por dónde discurre la gobernabilidad del país, el nuevo ciclo que se abre para los ayuntamientos, tras las pasadas elecciones locales, se vislumbra apasionante. El municipalismo se ha revelado como un sólido impulsor de la modernización administrativa y como un serio catalizador de las aspiraciones de la ciudadanía. Ese municipalismo ha ido fortaleciéndose a base de sus propias experiencias y de la presencia en foros, convocatorias y actividades compartidas, tanto nacionales como extranjeros. La FEMP ha aglutinado progresivamente esa sensibilidad en torno a la cercanía de los ciudadanos al centro de poder político, o sea, a su ayuntamiento.

Su presidente, el alcalde de Vigo, Abel Caballero, ha dicho, durante la convocatoria del próximo plenario, que “la FEMP es una agrupación para hacer municipalismo. No es un lugar para hacer oposición. Es un lugar de acción, de toma de decisiones, de resolución de los problemas que compartimos entre todas y todos. Y esta es una buena filosofía para los próximos cuatro años”. Ocurre que el municipalismo se practica también desde la reivindicación, idea de la que Caballero parece haberse olvidado, acaso no queriendo abrir brecha en el escenario político aún por completar. Él es consciente de que el ánimo o el espíritu reivindicativo es primordial para que la interlocución sea eficaz y para que el pluralismo político contraste su reflejo, más allá de las voces disonantes o en busca de titulares de prensa.

Nuevos alcaldes y nuevos concejales están tomando el pulso a sus municipios cuando apenas se ha superado el primer mes del mandato. Pero ya han tenido decisiones que adoptar, caminos que emprender, actuaciones que continuar y expedientes que abrir para gestionar, por la vía más adecuada, planes y determinaciones que se han propuesto llevar a cabo al frente de sus respectivas áreas y competencias.
Pero deben pensar que esa tarea debe afrontarse con idea de equipo, con la suma de diálogo y esfuerzos, máxime si la coyuntura política propicia alianzas de gobierno. En otras palabras, lo que se hace en un ayuntamiento es lo que debe aplicarse también en la andadura que la FEMP iniciará cuando decline el verano, cuando los munícipes anden un poquito más bregados, al menos los recién llegados. El mensaje de Abel Caballero es estimulante para empezar a trabajar y dar otro salto cualititativo, máxime si, además de esmerarse en las dos asignaturas señaladas, competencias y financiación, los alcaldes se toman en serio y asumen el desempeño de contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), una materia de la que se habló en la pasada legislatura por iniciativa del Parlamento de Canarias con mucha pedagogía política, conscientes de que es un planteamiento común que tiene un interés universal. Desde la institucionalidad local se puede aportar, desde luego, eficacia. Y construir confianza. Eso sí, con herramientas, formación y financiación. Otra razón, si se hace bien, para creer en los propósitos de la FEMP: lo mejor está por venir.



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