A
ver si es verdad. La Federación Española de Municipios y Provincias
(FEMP) ya ha convocado el duodécimo pleno para el próximo 21 de
septiembre con el siguiente lema: “Lo mejor está por venir”. A
ver si es verdad. Tan solo con dos demandas, la delimitación de
competencias y la financiación, ya hay para ilusionarse... y para
trabajar a fondo en pos de su materialización.
A
la espera de que se complete el mapa político-institucional para
contrastar por dónde discurre la gobernabilidad del país, el nuevo
ciclo que se abre para los ayuntamientos, tras las pasadas elecciones
locales, se vislumbra apasionante. El municipalismo se ha revelado
como un sólido impulsor de la modernización administrativa y como
un serio catalizador de las aspiraciones de la ciudadanía. Ese
municipalismo ha ido fortaleciéndose a base de sus propias
experiencias y de la presencia en foros, convocatorias y actividades
compartidas, tanto nacionales como extranjeros. La FEMP ha aglutinado
progresivamente esa sensibilidad en torno a la cercanía de los
ciudadanos al centro de poder político, o sea, a su ayuntamiento.
Su
presidente, el alcalde de Vigo, Abel Caballero, ha dicho, durante la
convocatoria del próximo plenario, que “la FEMP es una agrupación
para hacer municipalismo. No es un lugar para hacer oposición. Es un
lugar de acción, de toma de decisiones, de resolución de los
problemas que compartimos entre todas y todos. Y esta es una buena
filosofía para los próximos cuatro años”. Ocurre que el
municipalismo se practica también desde la reivindicación, idea de
la que Caballero parece haberse olvidado, acaso no queriendo abrir
brecha en el escenario político aún por completar. Él es
consciente de que el ánimo o el espíritu reivindicativo es
primordial para que la interlocución sea eficaz y para que el
pluralismo político contraste su reflejo, más allá de las voces
disonantes o en busca de titulares de prensa.
Nuevos
alcaldes y nuevos concejales están tomando el pulso a sus municipios
cuando apenas se ha superado el primer mes del mandato. Pero ya han
tenido decisiones que adoptar, caminos que emprender, actuaciones que
continuar y expedientes que abrir para gestionar, por la vía más
adecuada, planes y determinaciones que se han propuesto llevar a cabo
al frente de sus respectivas áreas y competencias.
Pero
deben pensar que esa tarea debe afrontarse con idea de equipo, con la
suma de diálogo y esfuerzos, máxime si la coyuntura política
propicia alianzas de gobierno. En otras palabras, lo que se hace en
un ayuntamiento es lo que debe aplicarse también en la andadura que
la FEMP iniciará cuando decline el verano, cuando los munícipes
anden un poquito más bregados, al menos los recién llegados. El
mensaje de Abel Caballero es estimulante para empezar a trabajar y
dar otro salto cualititativo, máxime si, además de esmerarse en las
dos asignaturas señaladas, competencias y financiación, los
alcaldes se toman en serio y asumen el desempeño de contribuir a los
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), una materia de la que se
habló en la pasada legislatura por iniciativa del Parlamento de
Canarias con mucha pedagogía política, conscientes de que es un
planteamiento común que tiene un interés universal. Desde la
institucionalidad local se puede aportar, desde luego, eficacia. Y
construir confianza. Eso sí, con herramientas, formación y
financiación. Otra razón, si se hace bien, para creer en los
propósitos de la FEMP: lo mejor está por venir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario