Visto y no visto. Alguno habrá aplicado lo de la penitencia que lleva en el pecado. Neira, de héroe a... destituido del cargo que le había conferido la inefable presidenta de la Comunidad de Madrid. Había sido detenido por infracciones al Código de la Circulación. Ya ha sido condenado por un delito contra la seguridad vial.
Paradojas. Licencias del destino. El hombre que salió en defensa de una mujer maltratada y estuvo a punto de perder la vida por defenderla. Un debate que dio la vuelta a España. Alberto Neira: su actitud fue reconocida por el Gobierno de Rodríguez Zapatero. Esperanza Aguirre fue más lejos y después de contratar la cercanía ideológica y "la otra" valentía, la de ir arremetiendo sin miramientos contra los socialistas, le nombró presidente de un consejo asesor del Observatorio Regional contra la violencia de género de la Comunidad madrileña. Se desconoce la aportación del profesor y el balance del Observatorio.
¡Hombre! mucho entusiasmo no debieron poner los mentores de la cosa porque ha sido dicho y hecho. Dice el Gobierno matritense que el organismo iba a ser suprimido. Esta vez, sí. Nadie pone en duda las reacciones rápidas y ágiles en la toma de decisiones: actuación ejemplar de la policía actuante, juicio rápido, condena sobre la marcha y anuncios sin demora.
Neira: que me destituya Aguirre. Yo no voy a dimitir.
Le han dejado solo. Así como con un diputado, presidente de Nuevas Generaciones, pillado conduciendo con la tasa de alcohlemia por encima de lo permitido, hubo comprensión, ahora, con Neira, no hay dobleces. No está el horno para dar muchas vueltas a los bollos, que las elecciones están ahí mismito.
Neira, aclamado y con cargo, se ha quedado compuesto y sin él tras dar positivo (triplicó la tasa) y ser condenado judicialmente. Lo peor, al margen de los hechos, ha sido la arrogancia: no dimito, advirtió, todo es un montaje.
¿Montaje de qué, profesor? Será él que él mismo contribuyó a fabricar, llevado por un exceso de protagonismo mediático. Quienes le han dejado solo responderán ahora que no han tardado veinticuatro horas en dar ejemplo. Y él pasará a engrosar la historia de los disparates de este país.
Lástima.
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