martes, 28 de mayo de 2019

INQUIETUD DE UNA NOCHE ELECTORAL


¿Qué pasó en la noche del domingo con los resultados electorales en el municipio del Puerto de la Cruz? Alguien debería preguntarlo. Alguien debería ofrecer una explicación.
Porque mientras desde la página del ministerio del Interior se iba ofreciendo resultados y porcentajes a medida que avanzaba el escrutinio de la práctica totalidad de las localidades, de la portuense no salía nada. Mejor dicho: los ceros correspondientes. Transcurrió bastante tiempo hasta que aparecieron los primeros registros, cuando la desazón ya era evidente al no funcionar las aplicaciones sobre todo en los dispositivos móviles. Se multiplicaron las llamadas: ¿qué estaba pasando? ¿Cómo era posible que de otros municipios limítrofes, con parecido censo electoral, se accediera a información on line y del portuense no se supiera nada?
Puede que algún colegio electoral cerrase más tarde, como consecuencia de una demora en su constitución y apertura. Puede que los responsables tardasen más de la cuenta en transmitir las primeras actas a su centro de datos. Puede que los sistemas informáticos se atascaran o sufrieran algún tipo de disfunción. Algo debió fallar.
No es para tomárselo a broma. Estamos hablando de información básica en una jornada electoral: nada menos que de los resultados en un proceso que debe caracterizarse por la transparencia y que a estas alturas de la democracia debe desarrollarse con precisa naturalidad para seguir siendo ejemplo ante otras naciones.
Por eso decimos que, desde la institución, desde los propios partidos políticos, alguien debería preguntar qué ocurrió. Y quien corresponda debe ofrecer la explicación consecuente, que seguro la habrá. ¿Qué pasó esa noche? Toda jornada electoral tiene su intrahistoria, su anecdotario, su episodio: la del domingo 26-M será recordada por este hecho que causó, a la espera de los resultados, no poca inquietud.

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