Se ha tomado muy en serio Carmelo Pérez Abreu su papel de
presidente del Club 13, un grupo de profesionales y directivos de hostelería
que no se resignan en las clases pasivas y siguen, erre que erre, la evolución
del sector y el estado y la promoción del destino turístico, no solo el local,
Puerto de la Cruz, también el sur y la isla. Pérez se hizo a sí mismo desde su
adolescencia, cuando empezó a trabajar en los establecimientos portuenses. Fue
formándose constantemente y accedió a tareas de más enjundia hasta que asumió
responsabilidades de alta dirección en importantes cadenas hoteleras. Es uno de
los hombres de confianza de Gabriel Escarrer Juliá, empresario, vicepresidente
ejecutivo y consejero delegado de Meliá
Hotels International, actual presidente de la Alianza por la Excelencia
Turística (Exceltur).
Se lo ha tomado tan en serio, decíamos, que promueve la idea
de hacer que el turismo se convierta en una asignatura escolar. Pérez Abreu es
de los que quiere predicar con el ejemplo y hacer efectivo, entre nosotros,
entre toda la población, el principio ‘el turismo lo es todo’. Claro, él supo
desenvolverse y salir airoso en un tiempo de carencias y de voluntarismo,
cuando las opciones de formación eran muy limitadas y la experiencia se ganaba
a base de aprendizaje sobre el terreno, de los conocimientos que se adquirían
en los “transfers” del aeropuerto, en los pasillos de las habitaciones,
haciendo “mano corriente” o en algunas de las numerosas reuniones con
directores, representantes de la propiedad y jefes de rango, quien sabe si
preparando algún evento especial o una llegada inesperada de un contingente de
visitantes extranjeros y era necesario producir un desvío para superar el overbooking.
Los tiempos son distintos, la competencia es otra y la
gestión, global o interdepartamental, también es diferente. Pero los valores
subsisten y hay que cuidarlos. Y como no ha cambiado la importancia que tiene
el turismo para su integración, para que haya una respuesta sensible a sus
demandas, a su acogida, a su disfrute: “Hay que tomar conciencia desde niños de
la importancia que tiene el conocimiento de la materia turística”, dice Pérez
Abreu. De ahí su empeño en rescatar una especie de Cartilla Turística Escolar
que, editada por el antiguo ministerio de Información y Turismo, estuvo
implantada los sistemas educativos de los años sesenta y setenta. La cartilla
ahora tendría otro nombre, obviamente. Serviría, de la forma más práctica posible,
para conocer y proyectar adecuadamente el acervo, el patrimonio y los
atractivos turísticos de cada ciudad o destino. Valdría para complementar la
impartición de asignaturas formales y para potenciar la importancia que tiene
el turismo como sostén productivo y soporte esencial del desarrollo sostenible
de la zona.
La iniciativa, respaldada también por otro grupo de
profesionales vinculados al sector denominado Calínico, ya ha sido trasladada a la consejería de Educación y
Universidades del Gobierno de Canarias, a ver si tiene encaje en los diseños
curriculares. Aguardemos respuestas.
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