Como
en los años de infancia y adolescencia, a la caída de la tarde o
bien entrada la noche, en la casa o en algún coche, en solitario o
con alguna compañía familiar, con paciencia o al borde del
desespero, con la radio como recurso indispensable, así anduvimos
ayer a la búsqueda de noticias de Venezuela, donde la fractura
social abrió otra brecha, esta de considerables proporciones
Hasta
Carlos Ramírez, amigo inquieto, se sumó a la tarea, ahora con las
infinitas opciones de la red, con más facilidad para las conexiones.
Entonces, había que esmerarse para sintonizar, mover aquella ruedita
('tunning') con mimo y con tacto, con algunas anotaciones para
recapitular y volver a intentarlo cuando se terminaba perdiendo la
señal. Ahora, la digitalización y los grafismos lo hacen todo más
fácil.
Episodios
y experiencias de la vida. Ganas de saber, de estar on
line, ante
el caos y la incertidumbre de aquel país, otrora tierra de promisión
para tanta gente, ahora horror y espanto para quienes allí habitan.
Una revolución fracasada, un régimen totalitario y una sociedad
quebrada que no ve horizontes y que se desenvuelve sin producir, sin
dialogar, con violencia, hasta hacerse irreconciliable consigo misma.
Las
consecuencias de la brecha de ayer, en medio de la confusión,
contrastada en la búsqueda informativa, son todavía más
preocupantes: de momento, se extiende a países terceros, entre ellos
España. Las embajadas pasan a ser escenarios de la crisis. Brecha
también en las Fuerzas Armadas. Late el desespero. Nadie quiere
sangre -y está bien que se hagan todos los llamamientos- pero fluye.
La política como campo donde plantear las soluciones, inútil. Ahí,
en ese clima y en ese ambiente, las alternativas son difícilísimas.
Ese pueblo estará cansado y los sostenes, sin duda, muy debilitados.
Mucho tiempo habrá de transcurrir para despejar el caos y la
incertidumbre, para reconducir, para acertar, en fin, con la solución
más apropiada. ¿Cuál es? La gran cuestión.
Hoy,
fecha señalada, con el pueblo tomando vías y plazas, los dos bandos
exhibirán sus ánimos y lo que les quede para expresar sus deseos,
apoyos y reivindicaciones. ¿De qué servirá?
Otra
vez, pendientes de Internet.
3 comentarios:
El mundo al revés. Cuando era niño en Caracas me acuerdo de los taxistas, gallegos muchos de ellos, que venían refugiándose de España y un sistema totalitario, ajeno al de Venezuela ���� Una vez íbamos por una calle, contra flecha, y el taxista me dice “no importa, es un país democrático”. Anárquico será !
Cuando entró Hugo Chávez al poder, tiempo después de su violenta asonada, mi buen amigo Gonzalo Ramos Caldera -sobrino del expresidente y abogado del Consulado de Santa Cruz de Tenerife- vimos con claridad lo que se le avecinaba al país: salir de Guatemala para entrar en Guatepeor. Era evidente por sus formas y por sus palabras, sus promesas que regalaban los oídos de la masa. Estaba todo en la Historia y, por no aprender de ella, se iba a repetir el drama. ¿Aprenderán los venezolanos de ésta?
Llegué a Venezuela en mayo de 1975. Iba desde una España franquista, cuyo líder parecía que iba a vivir mucho más, pero que, afortunadamente para una gran mayoría, murió apenas 6 meses después de haberme ido. Y encontré un país con mucho desorden, donde los motorizados se subían por las aceras, los fiscales de tránsito eran burlados constantemente, muchos conductores no respetaban las señales de tráfico ni las marcas viales ni los semáforos. Aún recuerdo con claridad las campañas televisivas de Renny Ottolina tratando de educar a los conductores. A las 4 luces intermitentes les llamaban "luz de túnel". El primer gobierno de Carlos Andrés Pérez ya apuntaba maneras de izquierdista populista tratando de derivar hacia el Centro político. Nacionaliación del petróleo, viajes de placer a los paises árabes, a poner precios del petróleo que intentaban fastidiar (con J) a los "imperialistas" occidentales; regulación de precios, supresión de giros especiales para las compras decembrinas; supresión de tarjetas de crédito. En fin, un desorden y un caos que a mi, que venía de un pais en orden y con gente, en promedio, con mayor educación, me pareció incomprensible. Le pregunté a mi padre, que ya tenía unos 25 años viviendo allí, por qué los policías eran tan permisivos y me contestó: "porque si el Gobierno fuera muy represivo, no votarían por ellos (los Adecos). Empezó la corrupción galopante y pronto se convirtió CAP en una de las personas más ricas de América del Centro y Sur. Y se convirtió en "El Padre de La Deuda". También le decían "Simón Bolívar Chiquito" porque quería ser el Presidente de Latinoamerica. La Inflación y la Deuda Externa de Venezuela no ha parado de crecer desde entonces. Lo más curioso del caso es que años después, el Comandante Galáctico, Pico de Oro de Chávez, le imitó en varias cosas, como la regulación de precios, la corrupción administrativa y el intento de ser el líder de todos los presidentes latinoamericanos. La Política es como la moda y ésta, como el oleaje: va y viene. Y tal parece que al intento de golpe fallido de Chávez, el 4F de 1992 ahora ha sido replicado por el 30A de 2019 de Guaidó. Y menos mal que falló y ojalá que el cambio de poderes se realice de una manera pacífica porque si no va a pasar como en una vieja película en donde los cambios de poder se producían tras sucesivas y eternas revoluciones y golpes de estado. Y así, NO funciona. En conclusión he sacado que lo único que rompería esta montaña rusa y permitiría una época más plana y sin sobresaltos para un progreso constante y mantenido es La Educación. Sin ella no habrá nunca progreso posible. Son para mí claros ejemplos del éxito de sus paises en los que se cuida mucho la Educación: Alemania y Japón.
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