En forma de “carta abierta a nuestros conciudadanos”, casi cien medios de comunicación franceses apelaron ayer a la población para que defienda la libertad de expresión ante las amenazas, particularmente las del integrismo islámico. El hecho no puede pasar inadvertido, justo cuando se inicia el proceso judicial por el atentando yihadista contra la revista satírica Charlie Hebdo. Mucho menos, cuando la publicación responde a una aspiración de unidad en la conquista de esa aspiración: la libertad de decir, encuadrada en uno de los tres grandes principios de la Revolución Francesa de 1789, el inicio de la Edad Contemporánea, al sentar las bases de la democracia moderna: la libertad.
En el documento se destaca que no hay que ceder a las ideologías mortíferas y se defiende el derecho a manifestar las opiniones propias y a criticar las de los demás, siempre que se haga en los límites fijados por la ley.
Recordemos que la publicación sufrió un violentísimo ataque criminal, allá por enero de 2015. Los protagonistas de aquella acción quisieron protestar por los contenidos satíricos de la revista. Pero en Francia, como se sabe, el delito de blasfemia no existe, por lo que los medios que han publicado el texto señalan que “defendiendo la libertad de blasfemar, no defendemos la blasfemia, sino la libertad”.
Los medios que han dado este paso recuerdan que en que en pleno 2020 hay personas amenazadas por expresar "opiniones singulares" en las redes sociales, que hay medios "señalados como objetivos por organizaciones terroristas internacionales" y Estados que ejercen presiones contra periodistas a los que consideran "culpables" de haber publicado artículos críticos.
Hay una afirmación rotunda: dicen temer que "el miedo legítimo de la muerte" acabe por ahogar inexorablemente a "los últimos espíritus libres".
En sus apreciaciones, todo el edificio jurídico construido durante dos siglos para asentar la libertad de expresión en el derecho francés está siendo atacado "como nunca desde hace 75 años", en esta ocasión por "ideologías totalitarias nuevas, que pretenden a veces inspirarse en textos religiosos".
El terrorismo islamista, pues, está señalado. Hay que pensar en que no quedará cruzado de brazos, o lo que es igual, intentará, no se sabe cuándo ni donde, repetir una acción violenta o mortal. Acaso sea ese el ‘leit motiv’ de esta posición conjunta de los casi cien medios galos que han hecho gala de una solidaridad poco conocida y practicada. Y es que, tal como afirma el ministro francés de Interior, Gérald Darmanin, que apoyó la iniciativa conjunta de los medios, la libertad de expresión está seriamente amenazada.
El atentado contra Charlie Hebdo fue una horrible y execrable acción de fanáticos integristas que está siendo enjuiciada en la vía judicial adecuada, donde se tiene que apreciar también el funcionamiento del Estado de derecho. Caiga sobre los autores de hechos probados todo el peso de la Ley. Y hagamos ver, seamos sensibles, entre todos, que el mundo, sus principios y sus valores, no pueden funcionar de esa manera.
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