Con
el mapa electoral en la mano y a la espera de lo que depare la
negociación de alianzas políticas, el socialismo tinerfeño se
consolida en el sur, avanza en el área metropolitana y se debilita
en el norte. Los malos resultados en esta franja, por cierto, le han
impedido ser la candidatura más votada y acceder a la presidencia
del Cabildo Insular. En cualquier caso, ha propinado un susto de los
buenos a la hegemonía de Coalición Canaria desde 1987, cuando Adán
Martín desbancó a José Segura.
Es
curioso cómo se va configurando esta distribución territorial del
poder político. Allí donde hay agrupaciones locales sólidas, bien
implantadas, con actividades y participación regular, reforzadas si
se quiere por liderazgos que giran en torno a alcaldes que ejercen
durante varios mandatos, las cosas van bien. Y es natural el
crecimiento, apenas se notan las huellas del desgaste. Por contra,
allí donde apenas se tiene noticia de las agrupaciones, donde están
cerradas las puertas la mayor parte del tiempo, donde la actividad
orgánica, en fin, se registra como muy reducida y no se proyecta,
pintan bastos. Aparecen mermadas la motivación y la ilusión, no
digamos si hay algún conflicto interno que suele impedir los
intentos de resurgimiento político y condiciona, incluso, el
ejercicio de la tarea institucional.
Que
el PSOE haya obtenido excelentes resultados, primero en las
elecciones legislativas y luego en las autonómicas y locales, en
Santa Cruz de Tenerife y San Cristóbal de La Laguna, pone de relieve
que cuando se cierran filas y hay estabilidad, a poco que se haga un
trabajo serio y bien fundamentado, en el que prime el contacto
directo con agentes sociales y núcleos ciudadanos, con otros
factores soplando a favor como el impulso del Gobierno de la nación,
es posible aumentar los apoyos electorales. Vuelve a demostrarse que
la gente no perdona la desunión y los pleitos intestinos. En la
capital, hay una candidata, Patricia Hernández, que ha discutido de
tú a tú con los nacionalistas. Y en su mismo terreno. Pase lo que
pase ahora, es una baza de futuro. Y en Aguere, con unos resultados
endemoniados, las opciones de izquierda suman votos de concejales
para elegir un alcalde de ese espectro. Es difícil que, después de
tantos años de predominio de Coalición Canaria, ahora dejen pasar
la oportunidad, lo mismo que dijimos cuando las derechas andaluzas
sumaban para dejar al socialismo en la oposición.
A
la dirección de los socialistas tinerfeños le aguarda un trabajo
interesante teniendo en cuenta las apreciaciones anteriores. Seguir
creciendo, completar la implantación territorial, reactivar el
funcionamieno orgánico en unas cuantas localidades y proyectar
nuevos valores que vayan surgiendo, en los que hay que invertir,
sobre todo confianza y apoyo, deben ser los objetivos.
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