Pedro
Bellido Camacho (Sevilla, 1952) desvela una suerte de expresionismo
abstracto en los veinticuatro lienzos pintados con acrílicos que
exhibe en La
Ranilla Espacio Cultural,
con el título Caminantes,
hasta finales del presente mes. Bellido se vino a la isla desde la
capital andaluza para ser un caminante más, al que pudo la vena
pictórica de formación autodidacta, muy de la mano del profesor
Miguel Pérez Aguilera. En silencio, con modestia, con el valioso
asesoramiento de su esposa, Marta, fue dando rienda a una auténtica
vocación. Así, surgieron colecciones (El camino, Paisajes y
Acrílicos) que causaron muy buena impresión en el Instituto de
Estudios Hispánicos de Canarias y en la misma sala que vuelve a
acoger sus quehacer artístico.
Se
siente caminante y al andar madura un estilo, su pintura, con los
colores que la distinguen y que le hacen disfrutar, bien con
representaciones de imaginaciones propias, alineadas o menos, bien
con reflejos del Teide o volcánicos de Lanzarote. En Caminantes,
Pedro
Bellido avanza valientemente en lugares o situaciones pictóricas en
las que contrasta su evolución. Por ello confiesa que está
comenzando a disfrutar más de la pintura.
Natural:
el título sirve como metáfora visual sobre las travesías que todo
ser humano realiza en algún momento de su existencia. Hacia un nuevo
futuro o hacia un nuevo lugar. Los caminantes deambulan por los cinco
continentes, esta es la gran verdad. Con frecuencia, o en su mayor
parte, muy perdidos. Los de peor suerte yacen en mares cercanos o
lejanos.
Bellido
les rinde homenaje con abstracciones que no riñen con la
impersonalización. En medio de la gama pictórica, pareciera brotar
un mensaje solidario o de tributo. O mejor, un canto que reivindica
el camino esforzado, el afán por alcanzar -a veces con el precio de
la propia vida- la tierra de promisión, el entendimiento y la
convivencia pacífica.
Es
como si los Caminantes
de
Bellido estuvieran pidiendo una oportunidad para sortear los
obstáculos de la distancia, del mar, de los desiertos y de las
montañas. Sus acrílicos reflejan la madurez del camino artístico
al que no ha querido renunciar, acaso porque se identifica con la
recomendación del psicólogo y comunicador catalán, Xavier Guix, en
el sentido que todo caminante debe avanzar ligero. Una frase suya le
viene apropiada al pintor: “Hay que encontrar el propio camino y
revisar de vez en cuando si se sigue siendo feliz al andar”.
En
ese proceso está, seguro.
1 comentario:
Me encanta esa frase “Hay que encontrar el propio camino y revisar de vez en cuando si se sigue siendo feliz al andar”.
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