Seguro
que les ha ocurrido alguna vez. Estar conversando en casa, con algún
miembro de la familia, o en la cafetería con el círculo de amigos,
o en el avión o la guagua y hasta en la intimidad si nos apuran, e
ignorar, o sentirse ignorados por la concentración propia o de otras
personas en el uso de algún dispositivo de tecnología móvil,
teléfono inteligente, portátil o tableta.
El
acto tiene su nombre, ningufoneo, aunque todavía, como neologismo,
no ha sido aceptado por la Real Academia de la Lengua. Es una
traducción de la voz inglesa phubbing.
El
término es originario de Australia, según refiere Wikipedia.
Etimológicamente,
sería el producto de la unión de las palabras phone
(teléfono)
y snubbing
(despreciar).
En
periodismo cotidiano también tiene su derivación. Cada vez son más
los contertulios de radio o televisión que entran en el estudio y
reciben mensajes que servirán, un suponer, para aclarar o
complementar sus intervenciones. Con algunos políticos también debe
estar ocurriendo. Todo dependerá de si los responsables de cadenas o
programas establecen limitaciones de uso en pleno directo. O
prohíben, literalmente su acceso.
De
modo que ya sabemos lo que significa ningufoneo: ignorar o pasar de
los interlocutores porque prestamos atención a otros elementos de
comunicación. Se trata de un mal tecnológico que se ha extendido y
que sigue creciendo hasta convertirse en un fenómeno social que,
según algunos estudiosos, afecta a la convivencia y a las
relaciones.
Estamos
en una fase muy primaria de estudios e investigaciones sobre las
causas y la evolución del fenómeno. La misma Wikipedia
señala
que varias universidades europeas y americanas ya han llevado a cabo
tesis y ensayos “que conjugan la psicología con la tecnología
donde ya se empieza a introducir el concepto del ningufoneo en muchos
de sus planteamientos”. Para hacernos una idea de la dimensión del
fenómeno, tengamos presentes estas cifras: a escala mundial, unos
cinco mil cincuenta y tres millones utilizan dispositivos telefónicos
inteligentes, los llamados smartphones,
lo
que representa un 64,4 % de la población, según un informe la GSMA,
organización de operadores móviles y compañías vinculadas
dedicada al apoyo de la implementación y promoción del sistema de
telefonía móvil. Actualmente, el 87 % de los adolescentes prefiere
intercomunicarse por escrito antes que cara a cara.
La
psicólgoga clínica Priscila Turner asegura que el nigufoneo, además
“de un hábito de mala educación, afecta a las relaciones
sociales”. Apoya su afirmación en las experiencias que va
acumulando: un padre habla con su hijo y este, en vez de prestarle
atención, revisa su facebook
en
el móvil, por ejemplo. O en una reunión de ejecutivos, mientras el
ponente explica fases de una estrategia o el balance de resultados,
dos o tres participantes están repasando o contestando sus correos
electrónicos.
Turner
llega más lejos y explica que “en parejas, el ningufoneo puede ser
el origen de discusiones o distanciamiento emocional, lo que podrá
generar otras situaciones negativas”. Partidaria de emprender
acciones en el ámbito personal y familiar para reducir este “mal
hábito”, la psicóloga Turner sugiere que “haya intercambios
afectivos que deben ser recíprocos, los cuales merman el uso de
celulares”. Añade pautas como no usar el móvil a la hora de la
comida ni cuando haya plática familiar o ponerlo en silencio. La
especialista e investigadora concreta: “Es importante aceptar que
la situación está discurriendo. Luego hay que tener disposición de
abordarla y tomar acciones”.
En
fin, si, como señala Wikipedia,
las
principales causas del fenómeno del ningufoneo son las propiedades
adictivas que “las nuevas tecnologías poseen en un plano
psicológico e indirectamente fisiológico”, es cuestión de asumir
en serio este fenómeno antes de que se vaya del control, hecho que
ya parece real.
1 comentario:
Es una lástima que haya nacido el ninguneo y no sólo por lo que conlleva, sino por lo que genera, tanto a nivel consciente como del subconsciente. Éste último es el que más me preocupa por en crecimiento exponencial carencias afectivas, sensibilidad, humanidad, inteligencia... Etc. Una nueva generación de seres inhumanos están en pleno desarrollo. Pero también, dentro de la humanidad, seres con mayor conciencia. La carretera de la vida, cada vez diverge más y los puntos humanos se alejan unos de otros. Salud2
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