La
Federación Europea de Periodistas (EFJ), dirigida por Renate
Schroeder, viene trabajando en un informe sobre la autocensura. De la
encuesta realizada con periodistas de todos los Estados miembros, se
desprende que, junto a las noticias falsas, estamos ante un serio
problema para el ejercicio profesional, para la proyección de su
credibilidad y para un producto informativo de calidad.
Las
causas que fabrican esta autocensura van desde razones económicas a
amenazas de ataques físicos, pasando por el miedo al acaso sexual,
sobre todo entre las mujeres periodistas. Precisamente, el miedo de
las mujeres a denunciar también condiciona su desempeño
profesional. La directora Schroeder, al calor de las respuestas que
van procesando en la EFJ, reconoce que algunas emisoras públicas de
comunicación están diciendo a los periodistas que “sean prudentes
a la hora de trabajar porque necesitan fondos”. O sea, cada vez más
mermada la libertad pues la intimidación a los profesionales sigue
su marcha ascendente.
La
Federación, en colaboración con la firma Index
on censorship,
se esmera en concluir un mapa del estado de la libertad de los medios
de comunicación en Europa. Los informes previos aluden a la
interferencia política en los medios de comunicación, que no
siempre es directa, por cierto. Citan como ejemplo que, para
desacreditar a los medios de comunicación, se viene escogiendo la
vía de difamación directa a los periodistas “con el fin de
sembrar dudas sobre la veracidad de la información que estos
publican”. Las repercusiones de esta tendencia son inquietantes
pues ya ha sido detectado “un efecto perjudicial en la seguridad de
los periodistas, que están más expuestos a amenazas tanto verbales
como físicas por parte del público”.
Pero
donde pone el acento Renate Schroeder sobre el empeoramiento de la
situación para los periodistas y los medios es en el auge de los
partidos populistas de extrema derecha, “que están atacando los
profesionales de una forma sin precedentes”. Y pone como ejemplos
la calificación empleada por el presidente de Eslovaquia para
significar a un grupo de periodistas que investigaban e informaban
sobre presuntos casos de corrupción: “sucias prostitutas”, las
llamó Andrej Kiska. O los comportamientos, en líneas similares. de
algunos miembros del Gobierno de Italia. O los ataques que reciben en
varios países aquellos medios y aquellos periodistas que denuncian
los bulos y las paparruchas. “Que haya aumentado el número de
asesinatos de periodistas en los últimos años, es algo que no
habíamos visto antes en la Unión Europea”, dice la directora de
la EFJ.
Claro
que no se queda atrás con el desvirtuamiento y la degeneración de
las redes sociales, donde se confunde cada vez más su papel -ni se
comparte información ni se interactúa con los consumidores de
información- hasta el punto de convertirse en un espacio hostil para
la profesión. Dice Schroeder que “vivimos un momento en el que el
ecosistema
informativo es
frágil y los periodistas, en ocasiones, ganan muy poco dinero, por
lo que al final son susceptibles de ser corrompidos. Por otro lado,
están los gigantes de Internet, que cada vez tienen más poder... al
final, una combinación de varios factores, una cuestión bastante
complicada”.
Se supone que
problemas y fenómenos como los que nos ocupan, delicados para la
libertad de información y para el desenvolvimiento profesional,
deben merecer la atención y algún tipo de respuesta por parte de
las instituciones unionistas. Para la EFJ, hay que implementar sin
dilación resoluciones y recomendaciones sobre el particular.
“Nosotros llamamos a todos los países de la Unión a que hagan más
por proteger a los periodistas, tal como establece el Consejo de
Europa. Evidentemente, creemos que la UE siempre puede hacer más”.
1 comentario:
Evidentemente, informar con objetividad en torno a hechos polémicos, políticos preferente, puede afectar la estabilidad del profesional que informa! De hecho se aprecia en diversos lugares del ancho mundo. Opinión como Periodismo Histórico.
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