lunes, 25 de marzo de 2019

EL BIEN COMÚN DEL EJERCICIO PERIODÍSTICO

Primeras señales de resistencia al cierre de La Opinión de Tenerife. Será difícil evitarlo pero se han escuchado las voces gremiales y sindicalistas que lamentan la decisión empresarial y se han sentido las primeras protestas públicas, justo en el exterior de la sede del medio. La crisis del periodismo, de la profesión periodística se prolonga, aunque haya práctica unanimidad a la hora de considerar que es el oficio más necesario del mundo. “Por esa condición de bien común, de líquido amniótico de la libertad”, escribe Manuel Rivas en un artículo magistral titulado “El periodismo no es hermoso”.
Que desaparezca una cabecera es siempre un motivo de preocupación, máxime si su irrupción, como fue el caso, significó una alternativa en el panorama mediático en la isla y hasta una fuente de generación de empleo. Se resiente la democracia, se resiente el pluralismo, se resta una opción a la facultad de escoger que tienen los lectores. Merma, en definitiva, la libertad de información o de expresión. Si se añade que hay familias y profesionales que sufren directamente las consecuencias (¿por qué será que siempre pierden los mismos?), es evidente que la crisis se desata en toda su dimensión. La sociedad sale perjudicada.
La nueva empresa propietaria argumenta razones económicas pero la representación de los trabajadores y los sindicatos no las acepta. Es un expediente de regulación de empleo (ERE) extintivo lo que, en principio, dejará sin trabajo a treinta y siete trabajadores, a la espera de medidas que favorezcan las recolocaciones y otras soluciones encaminadas a salvar el empleo.
Son horas y fechas inciertas pero la lucha no debe decaer. Ahí tienen el ejemplo del personal de los medios públicos gallegos que lleva cuatro meses de luto como forma de protesta y sale a las calles de Santiago de Compostela no para reivindicar una mejora salarial sino más libertad para ejercer. Porque quieren que su cometido profesional esté libre de la multiplicidad de factores que desde los poderes públicos lo desvirtúan.
En La Opinión de Tenerife se resisten. Es natural -y merecedora de solidaridad- la defensa que hagan los afectados de una causa global y de su propia causa. La condición de bien común de la que habla Rivas. La otra hermosura del oficio que hay que recuperar.
Por dignidad y para evitar que quede del todo destartalado, sí.

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