Continuemos hablando de la
debilidad del mapa mediático, contrastada con la crisis de la
publicidad agravada durante la pandemia. El panorama es preocupante:
lo saben especialmente en prensa y radio. Y eso que esta ha dado una
respuesta muy estimable, manteniendo unos niveles de credibilidad muy
altos.
La situación es cruda para
muchas empresas mediáticas, tal es así que han recurrido al
Gobierno para que el sector sea incluido entre los directamente
afectados por la emergencia de modo que precise de ayudas para su
subsistencia. Difícil papeleta para el ejecutivo, en efecto, que
habrá de decidir dónde colocar a las empresas de comunicación en
el listado –no corto- de las prioridades que atender.
Y es que la estructura de los
medios en nuestro país está vinculada a la obtención de beneficios
económicos directos. Al no existir grupos diversificados capaces de
compensar una crisis con otras posibles vías de ingresos, la cuerda
termina rompiéndose por algún lado. Lamentablemente, tampoco hay
mecenas, al estilo de Jeff Bezos en The
Washington Post, que
pudieran participar en el negocio como defensores de su existencia
sin necesidad de considerarlo su actividad estratégica.
Así
lo ve el crítico José Miguel Contreras que habla de verdadero miedo
mediático para afrontar el panorama. “Desgraciadamente –escribe-
los sistemas de pago directo a periódicos por parte del usuario aún
no están muy extendidos en España. Apenas existen medios que
cuenten con una significativa red de socios que puedan sostener su
negocio. Los periódicos tradicionales más importantes vean aún más
negro una panorama ya de por sí difícil. Hay que tener en cuenta
que para contribuir al desastre, los pocos ejemplares que se vendían
en papel han dejado de hacerlo en su mayoría por los actuales
problemas de impresión y distribución”.
Esto
conduce a un complejo trasfondo financiero que se refleja, de alguna
manera, en la peculiar politización plasmada en el tratamiento que
algunos medios y también destacados profesionales de forma
individual conceden a la emergencia sanitaria. Las controversias
subsiguientes –algunas bastante simplonas- no se han hecho esperar.
El análisis de Contreras es tajante al respecto:
“En algunos casos evidentes,
más que contribuir a crear un clima social optimista y a extender
los necesarios mensajes de ánimo colectivo para afrontar el
sufrimiento generalizado, secundan sin límite campañas ideológicas
en favor de intereses políticos concretos. De esta forma, buscan
hacerse necesarios para que los partidos se vinculen a garantizar su
subsistencia. Plantear la lucha contra la COVID-19 como si hubiera
opciones ideológicas alternativas más eficaces es querer engañar a
la ciudadanía”.
Y así es como se va
acentuando la debilidad del mapa mediático, a sabiendas de que la
publicidad tiene sus límites y que su tarta no da para tantos
comensales. Para colmo, las empresas han de afrontar la tramitación
y la resolución de los expedientes de regulación temporal de empleo
que tienen un coste de imprevisibles proporciones.
En fin, incertidumbre y muchas
incógnitas, agravadas en una nueva realidad a la que, desde el punto
de vista económico, costará adaptarse. Entre presupuestos de
márgenes muy estrechos, limitaciones y carencias de todo tipo. Ya
estamos viviéndolo.
Día 85 de la alarma
A
partir de hoy, fase 3 de la desescalada en Canarias. No hay muchos
pasajeros que viajen entre islas, según las primeras impresiones.
Pero ya se puede viajar. Y la ampliación de plazas disponibles, un
suponer, irá produciéndose a medida que crezcan las necesidades de
desplazamiento. La principal compañía aérea en el mercado
interinsular, Binter, aumentará las conexiones a partir del
miércoles: de cuarenta a sesenta y dos. El Gobierno autónomo ha
informado de que se tomará la temperatura a los pasajeros en puertos
y aeropuertos, tanto en trayectos entre islas como en los procedentes
de fuera del archipiélago.
El
caso es que los viajes entre islas no tendrán restricciones, si bien
habrá que aguardar a mañana martes para conocer, cuando se publique
el decreto ley correspondiente, las características de la realidad
surgida de la pandemia. Los datos sanitarios, por cierto, siguen
siendo positivos: permanecen ingresadas en Canarias menos de treinta
personas y solo cinco permanecen en Unidades de Cuidados Intensivos.
Por lo que al norte tinerfeño respecta, igual de favorables: solo un
nuevo caso de contagio (Puerto de la Cruz) durante los últimos cinco
días, sin fallecidos y con diecisiete altas.
Reunión
a mediodía con representantes de comunidades vecinales y
establecimientos comerciales ubicados en las proximidades del ruinoso
edificio ‘Iders’, avenida Familia Bethencourt y Molina. Imploran
ayuda. Está recogiendo firmas. La situación empeora cada día. Los
riesgos en seguridad e higiene crecen casi exponencialmente. Ya no es
solo desidia ni impacto urbanístico negativo. Ahora la incontrolada
presencia de okupas
y
sus movimientos en los alrededores tiene muy preocupados a los
vecinos y comerciantes de los alrededores. Quieren exponer sus
inquietudes a las autoridades e instituciones a la espera de que
alguien dé los pasos necesarios para una solución de emergencia.
Mientras
tanto, el gobierno local promueve, bajo el título ‘Tu comercio
encanta’, una iniciativa de apoyo al gobierno local con el
propósito de mitigar las consecuencias de la emergencia sanitaria,
tras el cero turístico. Se quiere relanzar al sector, también en
los barrios del municipio.
La
campaña que se desplegará por medios de comunicación, así como
tanto por las calles de la ciudad como por las localidades de la
comarca norte en una primera fase invitando a toda la ciudadanía de
la isla a ser partícipe de esa recuperación en la que ya trabaja
una parte del sector de la ciudad y a aquellos otros que esperan
abrir sus puertas en los próximos días. El Ayuntamiento hace otro
esfuerzo para fortalecer el tejido empresarial: desde el viernes
rigen las bases de una convocatoria extraordinaria de ayudas al
sector, dotada con quinientos mil euros.
Por la tarde, pleno telemático
de la corporación municipal. En el orden del día figura la
modificación de la ordenanza que regula la ocupación de la vía
pública. Bienvenida sea pero solo si luego se observa, se cumple y
se hace cumplir. De lo contrario, es papel mojado. Y ya está bien,
después de tantos años. La anarquía y los obstáculos a la
movilidad, generadores de abusos, deben dejar paso a otra realidad
más edificante.
Los sonidos ambientales de la
plaza del Charco y de las calles próximas empiezan a parecerse a los
de toda la vida. La gente pasea y compra, los niños juegan y gritan,
claxons de coches y ruidos de camiones de recogida de residuos en los
puntos próximos. ¿Nueva normalidad? Como prefieran.
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