Que
se acostumbren los gobernantes a situaciones como la vivida en La
Tejita, término municipal de Granadilla de Abona. Basten unos pocos
activistas. Quienes estuvieron subidos a una de las grúas para la
construcción de un hotel demostraron arrojo, en una acción similar
a las que protagonizan los integrantes de Greenpeace, capaces de
poner en riesgo su propia vida con tal de defender una causa, si es
con cámaras, mejor.
Que
se acostumbren a poco que la inhibición y la inacción caractericen
situaciones en las que, a primera vista, hay una infracción o una
ejecución inapropiada. No es cuestión de que con los ecologistas
hemos topado sino que ha sido tanto el irrespeto al medio ambiente o
natural que la gente se ha hartado e, independientemente de las
circunstancias socioambientales que concurren, se termina rebelando,
aunque sea necesario conocer y explicar los factores de legalidad que
puedan amparar a los promotores. Al respecto, el folklorista y
escritor lagunero Julio Fajardo Sánchez publicaba en su muro de
facebook
una
descripción muy bien secuenciada a propósito de la concesión de la
licencia: “Se
trata de una licencia otorgada --escribe-
bajo
la estricta legalidad, es decir, cumpliendo los propietarios con
todas las obligaciones urbanísticas que les llevan a adquirir
gradualmente sus derechos. El derecho a urbanizar, el derecho a
edificar y el derecho a la edificación. Todos sabemos el carácter
privado que le otorga la legislación del suelo a la ejecución del
planeamiento urbanístico”.
El
caso es que el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto
Demográfico (Miteco) ordenó la paralización cautelar de las obras
del hotel de La Tejita, en el sur de la isla por considerar que éstas
podrían estar ejecutándose en terrenos que, si bien no forman parte
del Dominio Público Marítimo Terrestre (DPMT), sí podrían
resultar afectados por la servidumbre de protección una vez finalice
el procedimiento de deslinde del tramo de costa donde se encuentra la
playa del mismo nombre, en Granadilla.
El
Miteco paralizó momentáneamente la actuación que se sigue a partir
de una resolución de la Dirección General de la Costa y el Mar,
firmada ayer mismo y que está basada en el informe de inspección
del Servicio Provincial de Costas de Tenerife. En dicho informe,
según un comunicado del propio Ministerio, se constata que, de
acuerdo con el expediente de revisión del deslinde incoado en enero
de 2019, se están ejecutando obras en terrenos que podrían resultar
afectados por la servidumbre de protección una vez finalice el
procedimiento en tramitación.
Las
obras de construcción de este hotel fueron autorizadas con fecha 3
de junio de 2016 por el Gobierno de Canarias y tienen licencia desde
el 21 de diciembre de 2018, otorgada por el Ayuntamiento de
Granadilla de Abona. Hasta el momento, estas administraciones no han
adoptado ninguna decisión relativa a autorización y licencia,
respectivamente.
El
procedimiento ha seguido su curso, de acuerdo con la síntesis de los
hechos que expone públicamente el Ministerio. El 13 de junio de 2019
el Servicio de Costas de Tenerife ya requirió a la empresa promotora
de dichas obras para que paralizara las que se estaban ejecutando en
DPMT provisional. Si bien la empresa acató ese requerimiento, lo ha
recurrido administrativa y judicialmente. Un año después de aquel
requerimiento, tras varias denuncias de la asociación “Salvar La
Tejita”, y fijada la posición por la Consejería de Transición
Ecológica, Lucha contra el cambio climático y Planificación
Territorial del Gobierno de Canarias, el servicio de vigilancia
emitió escritos que han determinado la suspensión de las obras. El
laberinto del contencioso no ha hecho más que proseguir.
Ahora,
la resolución que pondrá fin al procedimiento de revisión de
deslinde está solo pendiente del preceptivo informe del servicio
jurídico correspondiente.
Día
100 de la alarma
Cien
días entonces contándoles parte de lo vivido y ocurrido durante el
estado de alarma que termina. Se cumplen hoy, una suerte de
liberación en la que abundan declaraciones de cautela porque la
pandemia no ha acabado y porque se suceden las informaciones de
rebrotes en distintos puntos, de aquí y de allá. Lo que pasa es que
somos incorregibles.
Desde
temprano suena el martilleo de las perforadoras que actúan en un
tramo de la calle Blanco, rompiendo la piedra con que la convirtieron
en peatonal allá por los años ochenta. Un poco más abajo, en plena
plaza, retiran la cinta aislante del parque infantil que podrá ser
utilizado nuevamente. Los niños también disfrutan en el muelle, tan
poblado en la orilla como en sus zonas de acceso y con tanto
movimiento de obras en sus alrededores.
Los
bancos atienden al personal, previa cita concertada. Hay colas en los
cajeros. Hay trasiego de gente en las calles. Se respeta lo de las
mascarilla, especialmente en supermercados y comercios. Pero siguen
faltando turistas, claro.
Los
informativos de mediodía insertan noticias inquietantes que ponen el
acento en la pandemia inacabada. Las cifras de contagios y
fallecimientos se elevan en algunos casos para seguir preocupados. El
presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, tranquiliza diciendo
que estamos preparados para un rebrote. Pero, por otro lado,
inspectores de sanidad denuncian la carencia de medios para llevar
acabo tareas de prevención en la etapa de normalidad recién
estrenada.
Ya
por la tarde, mirada al sur: el Ministerio para la Transición
Ecológica y el Reto Demográfico suspende cautelarmente las obras
del hotel que se ejecuta en la playa de La Tejita, muy cerca de El
Médano. La reacción popular ha sido notable. Los activistas,
subidos a una de las grúas, estilo Greenpeace, no han estado solos
desde luego.
Y
el otro foco se pone en el Ayuntamiento de Arona donde el alcalde,
José Julián Mena, destituye al concejal de Urbanismo, José Luis
García. El telón de fondo está compuesto por presuntas
irregularidades en la construcción de un centro comercial en El
Camisón que incumple disposiciones de la Ley de Costas y del
planeamiento municipal. Seguro que habrá movimientos políticos
subsiguientes. La gente sigue cansada de tanta inestabilidad. El
primer año del mandato municipal se ha cumplido en muchos sitios con
esa característica.
Marruecos
suspende la Operación Paso del Estrecho. Para mucha gente será un
alivio, en todos los sentidos.
Desde
el Ayuntamiento se anuncia para mañana la reapertura del complejo
turístico ‘Costa Martiánez’’ y la recuperación del juguete
del viento ‘El Róbalo’. Interesantes entonces las vísperas de
San Juan, porque desde
este lunes ya se puede disfrutar de la nueva escultura de arte
efímero de Luigi Stinga, ‘el Saltafuego’, que el área de
Cultura del Ayuntamiento de Puerto de la Cruz exhibe en los
exteriores del Castillo San Felipe para recordar de una manera
especial el fuego, elemento esencial de esta festividad que, de
alguna manera, simboliza el comienzo del verano.
Se
acabó la alarma.
Ya
veremos qué sigue. Porque la comisión para la Reconstrucción
prosigue en el Congreso con un balance hasta ahora desolador: ocho
broncas y ni un solo acuerdo. Ya lo preguntaba un amigo hace años en
tono sarcástico: ¿Cómo terminará todo esto?
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