Durante
la semana pasada se produjeron dos hechos que realimentan el debate
sobre la libertad de expresión y las redes sociales. Por un lado, el
presidente de los Estados Unidos escribió un tuit (calificado como
engañoso e infundamentado en Twitter)
en
el que expresaba su parecer sobre las papeletas por correo para la
próxima convocatoria electoral, con la presidencia en juego, y cómo
ejercerán su derecho al sufragio los ciudadanos de California: “No
son [las papeletas] confiables para votar”. Y por otro, YouTube
reconoció
que eliminó “accidentalmente” comentarios que iban en contra del
Partido Comunista chino. La plataforma de videos perteneciente a
Google admitió que ello había sucedido por error y que estaban
trabajando para subsanar.
Sin
tener que profundizar en el papel y el impacto de las redes sociales
en la sociedad de nuestro tiempo, los cambios y el estado de ánimo
percibidos durante la pandemia invitan a reflexionar sobre todo por
la preocupación sobrevenida en los usuarios que ya no saben, a
ciencia cierta, con qué quedarse. Hay quien se pregunta si está
bajo amenaza la libertad de expresión en redes sociales que ya no
son, desde luego, el espacio ideal para difundir y promover el debate
e intercambio de ideas, basándose en en la libertad de expresión.
Ahora, en mucho casos, es el campo abonado para el irrespeto, las
descalificaciones y ofensas personales.
“NO
HAY FORMA (¡CERO!) de que las papeletas por correo sean nada menos
que sustancialmente fraudulentas. Los buzones serán robados, las
papeletas serán falsificadas e incluso impresas ilegalmente y
firmadas de manera fraudulenta”, decía el tuit de Trump. Hay que
consignar que el gobernador de California, Gavin Newson, había
presentado días antes un programa para votar por correo y el Comité
Nacional Republicano ya había presentado una demanda sobre el
particular.
La
plataforma social Twitter,
basándose
en políticas editoriales de la CNN
y
The
Washington Post, claramente
contrarias al presidente y candidato a la reelección, insertó en el
tuit de Trump una advertencia: “Obtén los hechos sobre el voto por
correo”. Esto desataba la confrontación, o lo que es igual, esta
red se decantaba, como ha ocurrido con otros medios en los comicios
norteamericanos, por el Partido Demócrata. La
respuesta de Trump a la red social no se hizo esperar: «Están
reprimiendo totalmente la libertad de expresión». Además, agregó,
«como presidente, no permitiré que suceda» después de acusar a
Twitter
de
interferir en las elecciones del próximo 3 de noviembre.
El
tono de la discrepancia subió por un par de tuits más del
mandatario estadounidense: “Los republicanos sienten que las
plataformas de redes sociales silencian totalmente las voces
conservadoras. Los regularemos enérgicamente o los cerraremos antes
de que podamos permitir que esto suceda”. Esta «guerra» abierta
entre Twitter y Trump solo perjudica a la libertad. Ambas actitudes
son igual de lastimosas, y, probablemente, ninguna de las partes
replegará, decían en medios que analizan la realidad
estadounidense.
La
tensión está servida, como se puso de manifiesto con el
reconocimiento de YouTube.
Independientemente
de los intereses –no solo comerciales- que laten, ¿cuántos
comentarios en contra del Partido Comunista chino habrán sido
censurados por la eliminación accidental, justificada por la red?
Porque, al fin y al cabo, sea por error o no, es una restricción a
la libertad de expresión. Un ejercicio de coerción por los filtros
de la red social.
El
caso es que las plataformas sociales se afanan en disminuir la
circulación de los bulos y noticias falsas (fake
news). Recordamos
haber leído informaciones sobre alimentos y fármacos para combatir
los contagios, teorías conspirativas y curas con resultados
milagrosos. Pero el problema estriba en las fuentes que se manejen:
si se trabaja estrechamente con la Organización Mundial de la Salud
(OMS) y se limita al consumidor de información a compartir o seguir
la generada por esta organización, se estaría avalando una especie
de monopolio informativo. Eso no es bueno, claro. Porque hay que
perseverar en la lucha contra la desinformación y la difusión de
bulos o paparruchas. Pero si se emplea para retornar a los monopolios
informativos, a campañas sistemáticas de desprestigio político y
para aumentar las cuotas de poder de los grandes medios, la libertad
de expresión y el pluralismo no saldrán beneficiados.
Las
consecuencias son las que ya se aprecian en episodios como los que
comentamos. Estos conflictos directos derivan en contenciosos que
hacen daño a todos. Las redes, desde luego, merman su credibilidad.
Y los usuarios, cada vez más confusos y desconcertados.
Día
78 de la alarma
Por
primera vez en muchos domingos, retomamos la ruta de la misa a las
ocho en la Peña de Francia. Más o menos, la asistencia habitual que
era habitual antes de la pandemia. Hay unas señales en el piso del
templo para guiar la circulación interior. El sacerdote anuncia que
a partir del próximo domingo, el oficio será a las ocho y media. El
óbolo se deposita al final, en la puerta lateral que da a Quintana.
Múltiples saludos de reencuentro y despedida.
Redacción,
algo tardía, de la entrada en el blog. Algún seguidor se extraña y
lo expresa en lacónico mensaje. Escribimos de una suerte de rebelión
fiscal en el municipio en mayo de 1821. Entre los promotores, un
miembro de la corporación. Debieron hacer un padrón de mínimos
para recaudar. La Contribución tenía sus detractores pero no era
fácil eludirla.
Al
mediodía, devolución al doctor dermatólogo Juan Rodríguez de su
libro El
cura y los mandarines. Historia no oficial del bosque de los
letrados. Cultura y política en España, una
extensa obra, original del periodista y escritor asturiano Gregorio
Morán, cuya edición generó una enorme controversia por un capítulo
dedicado a la Real Academia Española de la Lengua. Finalmente, fue
publicada por la Editorial Akai. Morán, muy crítico con el proceso
independentista catalán, ha sido calificado como un autor “con
independencia intelectual y gusto por la polémica”.
Comparece
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, para anunciar la petición
de la sexta y definitiva prórroga del estado de alarma. La
negociación con vascos y catalanes ha prosperado. Sobre el papel,
pues, no habrá problemas, lo cual no exime de un debate acalorado.
El presidente, en cualquier caso, se mantuvo fiel a su principio de
no querer polemizar, hecho que le ha valido muchos enteros.
Cambios
en el sentido de la circulación de algunas calles portuenses a
partir de las siete de la mañana del lunes, motivados por las obras
de canalización de aguas pluviales en el sector Santo Domingo/La
Marina. La policía local hace llegar las indicaciones pertinentes.
Concretamente
está previsto cortar el tráfico hacia la Plaza del Charco, desde el
cruce de las calles Zamora e Iriarte, estableciendo la circulación
en doble sentido, por las calles Zamora y Santo Domingo, hasta la
Plaza de Europa. El resto de indicaciones:
Zonas
donde no se podrá aparcar
Como
consecuencia se prohíbe el estacionamiento el día 1 de junio de 7 a
11 horas en la calle Pérez Zamora (entre las calles San Felipe y
José de Arroyo) y en la calle José de Arroyo (entre Pérez Zamora y
Nieves Ravelo).
También
se prohíbe el estacionamiento, desde las 7 de la mañana del lunes 1
de junio y hasta la finalización de los trabajos, en la calle Santo
Domingo (entre Zamora y Plaza de Europa) y en la Plaza del Charco
(zonas de parada de BUS, de transición, así como de estacionamiento
de motocicletas).
Calles donde el sentido del tráfico cambiará
De
igual forma mientras duren las obras se invertirá el sentido del
tráfico de:
- Pérez Zamora (entre San Felipe y José de Arroyo).
- José de Arroyo (entre Nieves Ravelo y Pérez Zamora).
- San Felipe (entre la Plaza del Charco y la calle Pérez Zamora) que se establecerá en doble sentido de circulación, regulando la preferencia de paso, a través de un semáforo temporal.
Restricción a la Plaza del Charco de vehículos
También
se prohíbe el acceso a la Plaza del Charco a todos los usuarios de
vehículos, excepto:
- A los taxis, que podrán acceder hasta la parada señalizada al efecto.
- A vehículos de proveedores (para carga y descarga) hasta la calle Perdomo de 7 a 14 horas.
- A vecinos que tengan garaje en la zona.
Igualmente,
se habilita una zona
de carga y descarga para vehículos cuya MMA sea inferior a 3.5 kg,
en la zona del Penitente (de 7 a 14 horas).
Con
esos cambios en el tráfico rodado se iniciará el mes. Veamos.
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