La
directora del periódico
inglés The Guardian, Katharine
Viner, ha querido reivindicar el papel de los medios de comunicación
que valoran la calidad antes que la viralidad de sus contenidos que
calificó de 'vitales' en un contexto en el que “es muy sencilla la
propagación de rumores y noticias falsas”.
El
testimonio de Viner, expresado en ocasión de la entrega de la
decimoquinta edición del premio de periodismo Diario
Madrid, se une a la ya larga
serie que sirve de soporte autocrítico en unos momentos delicados
para la profesión, no solo por las dificultades de acceso al mercado
laboral con unos mínimos de estabilidad sino por la incredulidad o
la pérdida de confianza en un escenario muy controvertido en el que
casi todo se cuestiona y que despierta tantas dudas que no son de
extrañar apreciaciones de desconfianza que terminan primando.
Seguramente porque la propagación de rumores y noticias falsas, para
servir intereses de todo tipo, es un elemento generador de opiniones
a la carta que terminan sustituyendo a los hechos, simplemente porque
estos no existen, mejor dicho, son falsos o no se corresponden con la
realidad.
Así
es muy difícil informar, hacerlo con rigor, generar la confianza
necesaria para emitirla con credibilidad. Algunos destacados
periodistas coinciden en señalar la abundancia de información,
impulsada por la extensión de Internet, como factor determinante del
escenario aludido. La propia Katharine Viner ha definido: una batalla
caótica. En ese sentido, se advierte nuevamente de los riesgos de
las plataformas digitales y redes sociales cuya malvada utilización
propicia noticias falsas o tratamienros informativos desajustados y
distorsionadores de la realidad. De esa manera, la función de
interés público de los medios degenera por completo.
El
premio otorgado a The Guardian se
basó en “su compromiso con la verdad en la era de la posverdad”.
El jurado valoró la trayectoria de su directora como ejemplo de
“vigorosa y potente aportación argumental a favor de la
verificación de las fuentes informativas como nutrientes del
periodismo”. Katharine Viner quiso hacer honor a tal circunstancia
y abogó por la necesidad de “dejar las cosas claras a los
lectores”, de modo que sea una obligación explicar las razones y
decisiones que el medio defienda y adopte. Y es que, como ella misma
señala, “el periodismo de calidad y la confianza es importante”.
Por eso, lanza sin reservas una vieja máxima que debería hacer
reflexionar a cuantos tienen vínculos en los distintos ámbitos
mediáticos, ya sean empresarios o profesionales: “El periodismo no
está para estar al lado de los poderosos sino para estar del lado
del pueblo y enfrentarse a los poderosos”.
Puede
que suene demasiado utópico pero maldita la hora en que se pierda el
romanticismo para seguir defendiendo la libertad de expresión, la
verdad, el pluralismo, la vocación, la información rigurosa, el oficio, el producto
periodístico de calidad y la profesionalidad bien acreditada y
valorada. Todo sea por verdadero amor al periodismo y sus valores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario