Hombre,
alguna legítima satisfacción debe experimentar José Luis Rodríguez
Zapatero al comprobar que, con el paso del tiempo, varias de sus
iniciativas están siendo secundadas o respaldadas, incluso en el
extranjero. Quienes entonces le atribuyeron un exceso de radicalismo
o de excesiva ideologización, ahora contrastan que el ex presidente
no andaba descaminado, ni mucho menos, en ciertos asuntos que tanta
controversia suscitaron cuando adquirieron rango de ley o se
convirtieron en medidas ejecutivas.
Uno
de ellos es la reforma de RTVE, impulsada en el Congreso de los
Diputados por el Grupo Parlamentario Socialista y aprobada
prácticamente por unanimidad el pasado mes. La Proposición de Ley,
a la que se sumó el Partido Popular en el último momento,
permitirá, en un plazo de tres meses, renovar el consejo de
administración de la corporación y de su presidente, mediante un
concurso público.
En
la práctica, cualquier ciudadano podrá optar a sus cargos previa
presentación de su candidatura y de un proyecto ante una comisión
de expertos que habrá de decidir sobre su valía. El siguiente paso
consistiría en que los candidatos comparezcan ante la Comisión
Mixta Congreso-Senado de control de RTVE que procederá a la
selección, en tanto que la votación final se mantendrá
residenciada en los plenos de ambas cámaras legislativas. El consejo
de administración, que tendrá nueve miembros y será paritario,
requerirá el respaldo de dos tercios del Parlamento. El texto
aprobado especifica que, en el caso de no aprobarse la normativa en
el plazo señalado de los tres meses, se peocederá a la elección
del presidente y del consejo mediante el procedimiento reflamentario
vigente. Es decir, que para ser coherentes, ya estarán los grupos
políticos esmerándose con tal de cumplir con lo aprobado.
Sobre
el papel, la fórmula no solo aporta transparencia sino que
propiciará un mayor pluralismo en los órganos de dirección de
RTVE. Hasta el Partido Popular terminó aceptando las nuevas reglas,
argumentando, eso sí, las que considera carencias y una cierta
voluntad política de excluir a esta formación. Pero lo cierto es
que terminó votando casi contra sí mismo, contra el empecinamiento
de sus mismas posiciones: en 2012, ante la falta de un acuerdo para
designar al presidente y a los consejeros de la entidad pública, el
partido gubernamental que disponía entonces de mayoría absoluta, lo
modificó de manera que, en la práctica, bastaba el respaldo de su
grupo, en segunda votación, para la elección de estos cargos.
En
definitiva, esta modificación es una vuelta al modelo Zapatero
aprobado en 2006. Quién lo iba a decir. Se va hacia una versión
mejorada de aquel estatuto de RTVE aprobado por su primer gobierno.
Mucho mérito tienen ahora, desde luego, los trabajadores de la casa
que se implicaron en la defensa de nobles causas como la
imparcialidad de la información y la dignidad en la prestación de
un servicio público. Su esfuerzo debe ser reconocido. Llegaron a
resistir, cuando menos, dicterios e insolidaridad manifiesta de
ciertos medios. Pero el final del largo y tortuoso camino es
satisfactorio. Que, por el bien de todos, los frutos se vean cuanto
antes.
2 comentarios:
https://flic.kr/p/V55gNG>
Zoilo lòpez
Saludos.
Al César lo que es del César.
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