Otros
dos amigos que dicen adiós. Cuando la vida se apaga, siempre hay un
dolor humano y sentimental que solo el tiempo -y a veces, ni eso- es
capaz de cicatrizar. Personas apreciadas que supieron ganarse el
afecto de sus semejantes. Su amistad, en sí misma, es un recuerdo
gratificante que hoy, cuando ya no están entre nosotros, ponderamos.
Es
el caso de Ángel Delgado Martín (Los Realejos, 1940), quien fuera
gobernador civil de la provincia de Santa Crruz de Tenerife desde
abril de 1991 hasta 1996, cuando cesó tras la victoria electoral del
Partido Popular. Licenciado en Derecho y graduado social por la
Universidad de La Laguna, era funcionario del Cuerpo Superior de
Administradores Civiles del Estado. Fue delegado de Trabajo en Santa
Cruz de Tenerife y Gerona y ejerció también como inspector general
de servicios en el Instituto Nacional de Empleo (INEM). Otro de sus
destinos: director ejecutivo de la Organización de Trabajos
Portuarios (OTP), cargo que simultaneó con su puesto de secretario
de la Comisión Interministerial para el Desarrollo y las Reformas
Portuarias.
Ángel
fue un socialista metódico. La seriedad fue la característica de
sus cometidos, aunque no faltaron dosis de humor y socarronería
cuando terminada la jornada o la reunión, compartía con compañeros
y amigos ese rato de asueto y convivencia que tanto echan de menos
los políticos actuales. Delgado fue un tecnócrata que dejó una
buena estela tras su paso por los departamentos en Madrid, como
pudimos comprobar personalmente. Sabedor de que los gobernadores de
su tiempo debían ocuparse fundamentalmente de la seguridad, quiso en
todo momento hacer una labor eficaz, sin que se notara. Austero y
equilibrado a la hora de facilitar informaciones, respetó al máximo
la relación con directores de medios y periodistas. Después de su
paso por el Gobierno Civil -entonces aún no era Subdelegación del
Gobierno- pudo seguir carrera política pero prefirió ejercer de
nuevo la profesión de jurista. Huyó de honores y prebendas. Fue
consecuente con su personalidad.
Otra
pérdida que causó profunda consternación fue la de Jesús Yanes
Fuentes un portuense que tenía 63 años, emprendedor en
el sector del ocio, de los primeros en llevar a cabo la fórmula de
dotar a bares y cafeterías de música en vivo y pequeños
conciertos. El “Bar Suso”, en el desaparecido hotel Martina del
Puerto de la Cruz, se convirtió en un clásico en ese género. Hijo
del inolvidable empresario portuense Manuel Yanes Barreto, logró
superar las secuelas de un aparatoso accidente de tráfico. Y es que
tenía alma de hacer cosas distintas: deportivamente,
fue un excelente jugador de tenis de mesa (en sus años mozos,
ping-pong), con un saque muy personal que le permitía ganar partidos
a 21 con mucha facilidad. Y además de esta práctica, fue un
estupendo billarista, especialmente en la modalidad de carambolas.
Algunos golpes suyos parecían auténticas filigranas.
Yanes
vivió a tope sus aventuras empresariales y sus diversiones. Vestía
a la moda, disfrutaba con la primera música 'tecno' y repartía
entre sus amistades toda esa ingenua bondad que es posible haya sido
traicionada en más de una ocasión. Pero se ganó a pulso ser
correspondido y si en ocasiones fue incomprendido, siempre nos
quedará la impresión de un hombre modesto y bondadoso. Un enemigo
del encono y de la discordia.
Como
Ángel Delgado, Yanes ya no está entre nosotros. Les
echamos de menos, como ocurre cada vez que los entrañables, los que
huyeron de oropeles y ambiciones, dicen el adiós definitivo.
4 comentarios:
A SUSO YANES le conocí en la justa medida en que tú lo mencionas en tu entrada. Le conocí personalmente; no más que otros muchos pero puedo asegurar que, efectivamente, era honesto y generoso y con un envidiable sentido del humor.
Lamento mucho su trágica muerte y espero que descanse en paz.
Zoilo
Conocí más a Ángel, por razones profesionales que a Suso, era de otra generación, pero si en aquellos tiempos de mi recién empezada juventud, vi como era, solo puedo decir que tengo la enorme suerte de conocer y tratar a Josi, su hermano, un hombre extraordinario, en el que su modestia impide ver lo gran persona que es...parece una frase hecha, pero los buenos se van siempre ..muy...muy...pronto.. Ángel un ejemplo de político, y Suso como ejemplo de cómo vivir...y ser...abrazos a familias y amigos...
Saludos, Zoilo.
Suso era un crack. Con un gran e inteligentisimo sentido del humor. Muuuuuchas partidas de billar hasta las tantas, musicon, y risas y alegria. Fue un privilegio disfrutar de su bonhomìa.
Ganas de verte, Zoilo. Un abrazo.
Saludos tambien para ti, Salvador.
Y ABRAZOTE a Josi Yanes.
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