La
foto, por mucho que hayan revisado el atrezzo, no es buena. Ni para
Rajoy, ni para el Gobierno, ni para el Partido Popular, ni para la
marca España. Eso del presidente declarando como testigo en un
intrincado caso de corrupción política no es la mejor imagen. Hace
fruncir el ceño a todo el mundo, a propios y ajenos. Servirá para
que algunos se esmeren en ponderar los valores de la justicia, que no
se casa con nadie, esgrimirán, ni siquiera con el mismísimo jefe
del ejecutivo. Pero igual ni siquiera recuerdan que no debió
producirse ni que la foto simboliza, de alguna manera, lo que
simboliza: el juicio a una manera repulsiva de hacer política en la
que hubo, por lo que se está viendo, algo más que casos aislados.
Ya
habrá tiempo de hablar sobre los contenidos y las repercusiones de
la declaración. Las primeras impresiones son... hasta graciosas.
1 comentario:
¿¿¿GRACIOSAS???
"Las respuestas tienen que ser gallegas, no van a ser riojanas"
"Jamás me he ocupado de asuntos económicos en el partido"
"Correa era un proveedor del partido. Los proveedores reciben dinero a cambio de servicios. Es de sentido común"
"Iba a Génova y veía que había obras"
"Al cabo del día puede tener más de diez o doce reuniones y me queda lo que considero fundamental"
"Lo importante es tener buenos colaboradores que tomen decisiones acertadas"
“No conozco absolutamente nada de eso por lo que usted se interesa”
"Lo pagó mi partido hasta dónde yo sé"
"Nunca tuve ninguna queja sobre la labor de Lapuerta ni de Bárcenas mientras fue tesorero"
"Puedo enseñarle muchas cartas que me han enviado que me tutean"
Terrible signo de los tiempos que este hombre haya llegado a Presidente de Gobierno.
Un saludo
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