Con
una puntuación de 6,84, el Ayuntamiento de Los Realejos aparece el
primero entre las instituciones locales tinerfeñas y el tercero
entre las canarias de más de veinte mil habitantes según el informe
presentado recientemente en el Parlamento de Canarias por el
comisionado de Transparencia y Acceso a la Información Pública. El
ayuntamiento realejero, en efecto, figura en el grupo de cabeza de
veinte instituciones entre las noventa y seis analizadas que cumplen
con los requisitos exigidos en la Ley de Transparencia. Con esa
puntuación, solo se ve superado por los municipios de Las Palmas de
Gran Canarias y Arrecife y está por delante de otros como San
Cristóbal de La Laguna, Santa Cruz de Tenerife y los siete cabildo
insulares.
La
puntuación señalada se basa en un índice de transparencia que
valora el cumplimiento por parte de las instituciones en base a un
total de doscientas obligaciones del articulado de la citada Ley, Se
desglosa tanto el grado de publicidad activa de cada institución así
como la accesibilidad a la información que éstas ofrecen y
trasladan a los ciudadanos.
Es
natural que tanto el alcalde, Manuel Domínguez (PP), como la concejala de
Nuevas Tecnologías, Laura Lima, expresen su satisfacción por estos
resultados, a sabiendas de que el esfuerzo debe perdurar con tal de
repetirlos o mejorarlos. Desde la entrada en vigor de la Ley Canaria
de Transparencia -también conocida como Ley Spínola, consejero del
Gobierno de Canarias en aquel momento- el ayuntamiento realejero
dispone de su propio portal de transparencia, disponible en el sitio
web municipal.
Se
sabía que no iba a resultar sencillo cumplir con las exigencias
legales y poner en marcha los recursos digitales para que la
ciudadanía contrastase que lo de la transparencia no es un concepto
cualquiera. Al contrario, se convierte en un elemento esencial para
cualificar la democracia y hasta para prevenir la corrupción de la
que muy pocos se libran. Los ciudadanos tienen derecho a saber en qué
se invierten sus contribuciones o cómo se administran los recursos
presupuestados o cómo se han priorizado los gastos públicos
contabilizados.
La
transparencia es mucho más: es una manera de distinguir el
funcionamiento de los responsables gubernamentales de cualquier
entidad. La vida local precisa de soportes que hagan ver y utilizar
la accesibilidad para contrastar el por qué de muchas decisiones y
los fundamentos que justifiquen su traducción práctica. Al cabo de
varios mandatos municipales y en plena era de los incesantes avances
tecnológicos, es inconcebible que aún haya oscurantismos en la
gestión de una administración pública o negativas a facilitar
información sobre cualquier materia que se maneja casi
cotidianamente. La transparencia, aceptémoslo, es ya consustancial
al funcionamiento de lo público y a la gobernanza de las
instituciones y organismos.
El
municipio de Los Realejos, en su categoría, ha obtenido un aprobado
notable en su desempeño de transparencia. Sus responsables han
cumplido con su deber, desde luego, pero como todavía se advierten
disfunciones e incumplimientos en el ámbito municipalista, es
consecuente destacar este logro que, insisimos, no debe agotarse ahí
sino servir de estímulo para perfeccionar las prestaciones, tanto
del portal de transparencia como de la administración de los
recursos públicos.
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