jueves, 22 de agosto de 2019

MIGRANTES, PESE A LOS BULOS


Según datos extraídos del Programa Social de Encuesta Internacional, incluido en el Anuario CIDOB de la Inmigración 2017, España, con un 7,7 % de población que está en dedsacuerdo con que los inmigrantes en situación regular tengan los mismos derechos, aparece en el duodécimo puesto de una clasificación en la que figuran, además de varios países de la Unión Europea (UE), Estados Unidos, Turquía y Japón. La clasificación está encabezada por Suiza, con el 56,5 % y Hungría con el 50,7 %. El análisis de dicho Programa concluye que aunque existen sectores todavía muy radicalizados, el índice de tolerancia de los españoles hacia la inmigración ha mejorado a lo largo de los últimos años.
Otras fuentes coinciden con esta apreciación. Según la última encuesta Evolución del racismo, la xenofobia y otras formas de intolerancia en España, publicada por el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, ese índice en 2015 mejoró cinco puntos con respecto al año anterior hasta situarse en 49,5 puntos en una escala de 0 a 100. Por ptimera vez desde 2008, el porcentajes de españoles que creen que los migrantes contribuyen notablemente al desarrollo económico de España (58,4%) está por encima de los que opinan que los migrantes quitan trabajo a los españoles.
Por su parte, el Eurobarómetro de 2016 pone de relieve que la actitud de estos respecto a la migración sigue siendo acogedora tanto con los extranjeros comunitarios como con los no comunitarios.
Sin embargo, estos registros favorables no impiden que sigan circulando bulos en las redes sociales que pretenden predisponer actitudes de rechazo hacia los migrantes. Aunque nada tiene que ver con las tendencias que nos ocupan, las crisis de los barcos Open Arms y Ocean Viking, tan de actualidad en nuestros días, también es aprovechada para leer algunas impresiones y juicios poco edificantes y poco humanitarios, reflejo en ocasiones de una actitud de odio verdaderamente reprobables.
La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) no ha dudado en señalar que hay que erradicar expresiones e informaciones falsas en las redes de ciudadanía y en los medios donde se cuelan. Hay que hacerlo, además, en las fases de creación o publicación “porque cuando ya están en circulación, solo se pueden limitar los daños”.
Pongamos tan solo un par de ejemplos. No es verdad -uno de ellos- que los negocios regentados por población china no pagan impuestos en nuestro país y que no cumplen la normativa sobre horarios. No existen moratorias ni exenciones para el empresariado chino. También se repite con frecuencia que los migrantes reciben más ayudas públicas que los españoles, aunque la nacionalidad no determina el acceso a las ayudas sociales sino las circunstancias individuales. Igualmente, se habla de la sobreutilización de las prestaciones sociales por parte de los migrantes. Un informe específico del Anuario CIDOB anteriormente citado indican lo contrario. Sus datos revelan que los extranjeros migrantes hacen un uso similar de los centros de salud y hospitales que la población nacional, bien es verdad que suelen recurrir más a las urgencias.
El caso es que los migrantes representan el 10 % de los habitantes de nuestro país. Su presencia es básica para el crecimiento económico y demográfico. Están entre las víctimas de las falsedades y las paparruchas, en cualquier red y en whatsapp. Por fortuna, ya hay herramientas para contrastar y descubrir si estamos ante un montaje o ante algo verdadero. Algunas aplicaciones, en efecto, como TinEye y Google Imágenes permiten rastrear una imagen, determinar el contesto en el que se publicó por primera vez y hasta descubrir si una foto ha sido retocada y es una versión manipulada del original.
Migrantes, en fin, pese a los bulos.



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